Si pudiéramos regresar el tiempo, en agosto habría pensado que el juego de esta semana 12 entre los Buffalo Bills y los Philadelphia Eagles, pudiera ser quizá un duelo adelantado del Super Bowl LVIII.
Sin embargo, hoy es uno más del montón, debido a que Buffalo es este momento la decepción de la temporada 2023.
Si bien es cierto que Buffalo aún puede calificar y pudiera decirse que es dueño de su destino, el equipo ha dejado mucho qué desear y apenas tiene marca de 6-5.
Pero más allá de los números dentro del emparrillado, se ve muy lejos de lo que se esperaba de ellos, pues en el papel luce muy fuertes y plagado de talento, mucho más de lo que refleja su récord.
Hoy en día la Conferencia Americana es más competitiva que la Nacional y, para calificar, incluso como comodín, los equipos deberán estar muy por encima de .500 de porcentaje de victorias. Es por ello que, si la temporada terminara en este momento, Buffalo estaría fuera de postemporada.
En el papel Buffalo ha jugado bien, sin ser espectacular.
En general, todos sus departamentos han hecho bien las cosas: su defensiva es la cuarta mejor de la liga; y su ofensiva, la séptima.
Estadísticas que hablan de un cuadro muy balanceado que debería estar sembrado en el lugar 1 o 2 de su conferencia.
Sin embargo, hay 8 equipos mejor ubicados que ellos, y la razón es que han perdido concentración en los momentos clave, les ha faltado ejecución.
El futbol de la NFL exige precisión.
No existe tanta diferencia entre los equipos ganadores y los que tienen marcas perdedoras.
Sus jugadores son bastante buenos y los pequeños detalles son los que hacen la diferencia entre tener una marca ganadora y una perdedora.
Quizá el coacheo o uno o dos jugadores en posiciones clave pueden canbiar el rumbo, como le ha pasado a los Bills en 2023.
Mucha de la culpa de lo que ha pasado en Buffalo es atribuible a su quarterback Josh Allen, en quien el equipo tiene a dos jugadores en uno: en un partido puede ser el mejor mariscal de campo, y la otra semana tienen al peor de los 32 de la liga, capaz de perder balones al por mayor y cometer errores costosos en momentos clave.
La carrera del egresado de Wyoming se ha caracterizado por la inconsistencia.
No ha podido dar el salto grande y, en los momentos en que sus compañeros lo han necesitado, no ha podido cargar con el equipo al hombro y sacarlo adelante.
Ha brillado intensamente en los partidos que tiene ganados y donde anotan muchos puntos, pero en los partidos cerrados, donde se necesita su liderazgo, ha quedado a deber.
La posición de quarterback de la NFL es tan complicada que no basta con tener buenos números. Ganar partidos en postemporada y en el Juego Grande es lo que marca la diferencia entre las leyendas y los buenos jugadores.
Nombres como Dan Marino, Jim Kelly, Frank Tarkenton y Warren Moon, siempre serán reconocidos por sus marcas y récords, pero con el detalle de que no pudieron ser campeones. Allen necesita aplicarse para que no le vaya a pasar igual.
Allen es un jugador muy talentoso: posee habilidad para correr y un cañón en su brazo.
Sin embargo, no siempre es efectivo para extender jugadas, lanza en doble o triple cobertura, y suelta muchos balones en su intento por avanzar yardas extras después del primer contacto; arriesga mucho el balón y eso se ha visto reflejado a lo largo de su carrera.
El calendario que le resta a Bills es muy complicado: le esperan duelos ante equipos de gran nivel.
Por ejemplo, en esta jornada enfrentará a Philadelphia; después descansa y regresa a la actividad para enfrentar a Kansas City y luego a Dallas; se relaja con Los Ángeles Chargers y New England para cerrar con Miami.
Hasta ahora Bills ha perdido partidos que en el papel debió ganar, con equipos más modestos, pero que le representaron una complicación.
Perdió en la semana 1 ante los New York Jets; en la semana 5 ante los Jacksonville Jaguars; en la semana 7 ante los New England Patriots; en la seana 9 ante los Cincinnati Bengals; y en la jornada 10 ante los Denver Broncos.
Su entrenador, Sean McDermott, es un buen coach. Ha tenido una carrera exitosa en temporada regular, pero, al igual que Allen, necesita dar el siguiente paso pronto.
Su head coach tiene un reto muy grande: mantener atento y motivado al equipo camino a la postemporada.
Necesita aplicarse mucho con Allen y que su quarterback demuestre fuerza mental, la requiere en este momento; y necesita que su equipo siga confiando en su pasador y pensar que pueden llegar alto.
Las lesiones también han afectado a los Bills. Para este partido ante Philadelphia han tenido acción limitada, principalmente en su perímetro, con los safeties Micah Hyde, Taylor Rapp y Cameron Lewis; y no han entrenado los esquineros Dane Jackson y Taron Johnson, un auténtico hospital.
De Philadelphia no hay mucho qué decir diferente a lo publicado la semana pasada. Son, por mucho, el mejor equipo de la Conferencia Nacional -y porbalmente de toda la liga-.
Tienen todo y, si no se presentan lesiones y siguen jugando al ritmo que han mostrado, estarán de regreso en la postemporada y, seguramente, en la final de la Conferencia y hasta el Super Bowl.