Ganarse la vida en estos tiempos es difícil, una sociedad con un producto interno bruto en decadencia y un crecimiento inusitado en los precios al consumidor y una caída estrepitosa en los empleos obligan a la creatividad para saber enfrentar las adversidades de nuestra realidad envuelta en confusión, odios clasistas y miedos reforzados por la pandemia, trabajar de manera honrada es la meta y ser feliz es en el anhelo de todos.
La imaginación en tiempos de crisis nos hace más creativos y a otros, los que tienen el modo, los hace oportunistas, hablando específicamente de la política, yendo a donde hay, a donde el dinero fácil chorrea y asegura el porvenir para unos añitos y un claro ejemplo es ser rémoras de los allegados buscando algo facilísimo, alcanzar una regiduría por medio de palancas que te brinda la consanguinidad.
Un cabildo es el órgano máximo de autoridad en un municipio y le corresponde la definición de las políticas de la Administración Pública referentes a los reglamentos de la ciudad y planear y aprobar los presupuestos de egresos e ingresos y asumir sus comisiones y son precisamente los regidores quienes tendrán como parte de sus pocas obligaciones estar atentos y asistir esporádicamente las sesiones semanales.
En antiguos cabildos encabezados por los alcaldes, los síndicos y los regidores la sociedad y los partidos buscaban proponer a personas capaces de reconocida solvencia moral y profesional y hoy es una mezcla de parientes y recomendados de los actores políticos y económicos de cada municipio.
Las regidurías se han convertido en un patrimonio familiar y la oportunidad de ganar suelos de entre 50 mil y 80 mil pesos mensuales más otras canonjías como bonos, viáticos, ayudantías y hasta aguinaldos inflados.
En muchos casos las planillas de los partidos están llenas de esos suspirantes a ser ediles de la ciudad y muchos son juniors o esposas y hasta amantes del político de carrera sin respetar ideología alguna y sin el conocimiento básico de la gestión pública.
Lo que gana un regidor de Tampico, Madero y Altamira, por hablar del sur, ya lo quisiera un egresado de cualquier universidad privada o un ejecutivo de buen nivel en donde hoy las empresas ofrecen sueldos miserables ante los escases de empleos.
Analizando el tema con los concejales, así llamados en Estados Unidos, en labor de gestoría y revisión de cuentas sus sueldos son de carácter honorífico y solo unos pocos reciben pagos muy bajos en comparación a las escalas salariales de poblaciones similares en número de habitantes en Tamaulipas y en general en México.
A la política se le aprende: ser regidor es hoy el nuevo “modus vivendi”. _