Cuando se suscitó el pequeño pero explosivo aquelarre en la cámara de senadores, en donde el dirigente nacional del PRI, Rafael Alejandro Moreno Cárdenas, conocido como «Alito» Moreno, empujó al integrante de la 4 T, Gerardo Fernández Noroña, en aquel entonces presidente de la Cámara Alta, hubo gente que hasta le brindó las gracias y sus simpatías al dirigente tricolor, esto tras la serie de escándalos que el izquierdista ha provocado a lo largo de su carrera.
Ambos personajes son solo dos diminutos ejemplos de la burda manera de llevar una carrera política en busca de bienes personales derivados de ambiciones para encontrar la llave que les abra las puertas del poder para mantenerlo en la perpetuidad,
No es una novedad en países democráticos, con décadas y hasta siglos de ser ejemplos del crecimiento positivo, mirar los alegatos, que en principio asustan por los adjetivos utilizados, o marchas masivas, pero que al final provocan la envidiable comparativa, tras los resultados finales, en donde los Alitos o los Noroña no existen.
Hoy, a cinco días del inicio de los bloqueos en varios puntos del país, la mayoría de la población se solidariza con los transportistas y agricultores y quisiera existieran, en cualquiera de los tres poderes acaparados en uno solo, personajes que se les unan en sus justas demandas, aún fuera con gritos y sombrerazos perdonables o, de manera pacífica y razonable, pero con fínales felices.
Tanto agricultores y transportistas y un sinfín de sectores productivos más de este país, están hartos de las corruptelas de las autoridades locales, estatales y federales; de las extorsiones y amenazas de los grupos criminales, de los asaltos diarios, de las golpizas y de los
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asesinatos y en los cambios legislativos que violan sus derechos de décadas, como el ejemplificado en la pretendida nueva Ley de Aguas, aunado a los precios de garantía en sus productos.
La solidaridad con los demandantes es generalizada entre la población, solo falta que quienes deciden atiendan y solucionen sus demandas, en lugar de coartar su libertad con aberrantes amenazas de contar con carpetas de investigación en su contra o tratar de mezclarlos con grillas partidistas.
