Política

Mayo cayó en julio

Queda claro que nadie esperaba la entrega que ayer sucedió en El Paso. Menos aun, que fuera en la ignorancia del Gobierno de México.

El Cartel de Sinaloa ha tenido una relevancia en el trasiego de drogas y la infiltración del poder político en México. Cierto, en últimas fechas, la organización ha luchado contra el CJNG, pero su predominancia en amplios sectores del territorio mexicano viene desde finales de la década de los ochenta hasta nuestros días, siendo Ismael Zambada una figura clave dentro del control del mismo.

De hecho, uno hubiera pensado que Zambada se retiraría sin pisar cárcel alguna. Cuidadoso en sus formas y en su trato, el ‘Mayo’ entendía que la discreción le daba el control que otros líderes del narcotráfico carecen, de ahí su permanencia y longevidad como líder delictivo.

¿Qué hizo que se entregaran? El Wall Street Journal insiste en que, más que una entrega pactada, fue un engaño en que cayeron ambos capos al confiar en un miembro de su cartel, quien los llevó a una pista donde los esperaba el largo brazo de la ley.

Pero se entiende un poco inverosímil la versión si consideramos que, en últimas fechas, la prensa informaba de un distanciamiento entre Ismael Zambada y los hijos de Joaquín Guzmán Loera.

¿Por qué viajarían juntos? ¿No tienen el cuidado de no estar en el mismo lugar y más en condiciones tan frágiles como lo es un vuelo de avión?

Pero si todas estas interrogantes recaen en la organización delictiva, el Gobierno de México tiene interrogantes más profundas.

No, no podían estar de acuerdo de manera oficial en la llegada de ambos personajes a territorio norteamericano puesto que tienen órdenes de aprehensión en territorio mexicano. De la misma forma, resulta increíble que a los equipos de seguridad del Ejército se les haya pasado que un jet volara por los aires nacionales y no tuviera registro de su trayectoria, más cuando el viaje era internacional. ¿Cómo explicar que los norteamericanos iban a dejar sobrevolar ciertos gringos sin ninguna garantía, como si no hubiera existido el 9/11?

El gobierno de la 4T está muy preocupado en sus avatares de grillas e intrigas palaciegas mientras que el crimen organizado ha robado el control del país. Desplazados chiapanecos que cruzaron la frontera a un país sangriento como Guatemala para evitar ser asesinados en el Guatepeor en el que se ha transformado nuestro país. Civiles que son secuestrados en Tamaulipas solo por el hecho de tener un poco de dinero. Asesinatos en Morelos, Colima, Sonora, o en la Ciudad de México que terminan siendo parte de una estadística que presumen como si en realidad la estrategia fuera la adecuada, cuando la realidad les pega en la cara.

No por nada, Donald Trump ha repetido una y otra vez que -de las pocas cosas que recogerá de manera oficial del Proyecto 2025- no dudará en entrar a territorio mexicano a combatir a los carteles de la droga ante el rebase del gobierno mexicano por parte de la criminalidad.

López Obrador y Claudia Sheinbaum quisieron dar el típico spin a los dichos de Trump. Tal vez, de manera torpe.

Si el gobierno de México no sabía nada del operativo ¿Fue por impericia o falta de confianza? Y, si es la segunda, ¿qué esperan que divulguen los capos?

A veces, no es lo mejor llamarle amigo al mayor adversario del gobierno en turno del país más poderoso del mundo.


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Gonzalo Oliveros
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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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