Domingo 31 de mayo. 7:30 am. Pinche año de Leona Vicario. Se cumplía el último día de la saña distancia, pero Gil no comprendía nada; antes de abrir el país a la industria automotriz, la minería y la construcción, las autoridades pintaron un mapa de la República Mexicana en rojo, o sea el punto más alto y peligroso de la pandemia. Todos los estados del país, salvo Durango, que aparecía en naranja, rojo como un carbunclo en la oscuridad (aigoeei). Por lo que respecta a Ciudad de México, Gil vio y oyó en un buen mensaje a la jefa de Gobierno decir que hasta el 15 de junio, salvo esas tres actividades esenciales, permanecerían en encierro, empezando por las personas y los personos (hay que ser incluyentes). Pero de pronto en las calles unos y unas iban y venían quitados de la pena, ni la lluvia los metió a sus casas.
Bien visto, el primero que salió fue el presidente Liópez Obrador que se fue de gira al sureste con su caravana de camionetas. La ¿misión? Dar banderazos a las obras de su gobierno, en especial el Tren Maya.
Decía Gilga: si el Presidente no usa cubrebocas, no se unta gel en las manos, no acata ninguna de las medidas que piden sus colaboradores del sector de la salud a la ciudadanía, ¿por qué los habitantes del país y la capital tendrían que cumplir?
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11:55 am
No daban las 12 del día cuando Gamés leyó en su periódico El País un artículo de Paul Krugman, Premio Nóbel de Economía: “Estados Unidos está inmerso ahora en un experimento enorme y peligroso. Aunque el distanciamiento social ha disminuido el coronavirus, éste dista mucho de estar controlado. Aún así, a pesar de las advertencias de los epidemiólogos, buena parte del país avanza hacia la reapertura de la economía (…) ¿Cuál es, después de todo, el propósito de la economía? Si su respuesta es algo así como ‘generar rentas que permitan a los ciudadanos a comprar más cosas’, se equivocan; el dinero no es el objetivo último, sino sólo un medio para alcanzar un fin, a saber, mejorar la calidad de vida. Por supuesto que el dinero es importante: existe una clara relación entre los ingresos y la satisfacción con la vida. Pero no es lo único que importa. ¿Saben qué contribuye mucho a la calidad de vida? No morirse (…) Y cuando tomamos en consideración el valor de no morirse, la prisa por reabrir parece una mala idea, incluso en términos de economía en su sentido más estricto”.
Sin ninguna proporción guardada, esto que ha escrito Krugman se cumplirá en México de una forma desordenada, confusa, salvaje. En fon.
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2:30 pm
La hora sagrada. Por si tenían dudas acerca de la política educativa del gobierno de Liópez, una nota de Antimio Cruz Bustamante de su periódico La Crónica informa que “El rector de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), Eduardo Peñalosa Castro, informó que la Secretaría de Educación Pública no entregará y ‘reservará’ 110 millones de pesos del presupuesto 2020 de la UAM para cumplir con el decreto de austeridad emitido por el Poder Ejecutivo el pasado 23 de abril”. Con perdón del rector Peñalosa Castro, ¿el asunto no es como para armar la de Dios es padre?
La Coordinación de Información Institucional de esa Universidad explicó que la reserva tiene que ver con dinero que el Estado no va a ministrar a la UAM, es decir “será apartado para que el gobierno federal lo use en la atención de la crisis sanitaria total, parcial o, en el mejor de los casos, que no lo utilice y sea regresado a la UAM”. Anjá, se los van a dar, sí. Pues que le dé una mordida al Tren Maya, a Dos Bocas. ¡Jamás! Intocables. Le damos un hachazo a la educación superior, total, son unos camajanes.
El pasado 22 de abril, la Secretaría de Educación Pública (SEP), a través de la Subsecretaría de Administración y Finanzas, informó que se realizaría una reserva presupuestal por 745 millones de pesos del presupuesto de la UAM. La Universidad planteó que “afectaría muchas áreas” fundamentales. Oiga, rector Peñalosa o como se llame usted, alce la voz, haga un escándalo, proteste, no se esconda abajo del escritorio. En fon.
Todo es muy raro, caracho, como diría Gustave Le Bon: Retroceder ante el peligro da por resultado cierto aumentarlo.
Gil s’en va
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