Gil meditaba: defender es un arte, una forma de guardar o proteger contra un ataque, un peligro, un daño a alguien, o interceder en favor de una persona o una cosa, todo esto según la wikipedia. Estas cavilaciones acompañaban a Gil mientras él, repantigado en el mullido sillón del amplísimo estudio, se enteraba de la defensa que el Presidente hizo de Alejandro Moreno, Alito, dirigente nacional del PRI, después de que catearon y allanaron su casa de Campeche. No es la única defensa que Liópez Obrador ha hecho, pero no coman ansias. El Presidente ha defendido y reprobado la forma en que se llevó a cabo un procedimiento judicial en Campeche.
Carambas, Gamés no sabe qué pensar: “No estoy defendiendo al señor, estoy diciendo que esos procedimientos no deben ser en un país democrático”. Si esto no es defender entonces sólo Dios sabe lo que será una defensa. ¿Usted imaginó que Liópez defendería al dirigente nacional del PRI, un líder por lo demás impresentable? Aquí hay gato encerrado, la verdad. ¿Por qué el Presidente hace esta defensa tremebunda? Gil tiene hipótesis de trabajo, pero de momento, no las develará. Lo que sí quedará es la defensa del Presidente. Pero si Alito forma parte de la alianza opositora de Morena, ¡por vida de Dios! Por favor, que analistas de fuste y fusta como el Fisgón, Hernández, Rocha y Pedro Miguel le expliquen a Gilga esta conducta extraña. ¿Pueden? Todo se puede; anden, digan cualquier cosa.
Segunda defensa genial
El Presidente anunció que mandará al Congreso una iniciativa para eliminar el horario de verano. De que no se ahorra nada de nada y en cambio el horario nos tiene al borde de la muerte. Según el muy sabio secretario de Salud el cambio de horario “afecta nuestro reloj biológico, el horario de invierno mejora el rendimiento intelectual, establece mejor funcionamiento de los órganos y hay menos exposición al sol, es mejor regresar al reloj de Dios”. La verdad sea dicha, Gil piensa mejor en el horario bueno, de pronto tuvo dos ideas geniales, pero ya se le olvidaron. Ahora mal sin bien: el horario de Dios ha regresado a Gamés a un punto ignoto de la fe, la esperanza y la caridad. Gamés regresa al reloj de Dios y de ahí no lo mueven ni los bomberos.
Defender embajadores
Ahora mal sin bien: ¿ustedes recuerdan a un Presidente mexicano defendiendo a un embajador de Estados Unidos? Gil no, pero todo está ocurriendo de forma vertiginosa. El Presidente lamentó que The New York Times critique a Ken Salazar por la amistad que tiene con Liópez Obrador. “Los conservadores quisieran tener de embajador a un halcón como lo fue Wilson, quien fue el que preparó el golpe contra Madero”, dijo el Presidente.
Si Madero hubiera tenido los tamales de chipilín, nomás no lo tiran ni lo derrocan. Otra historia hubiera ocurrido. Llega temprano Ken: buenos días, Andrés. ¿Tendrás algo de masa con chipilín? Jesús, ¿ordenas unos tamales de chipilín para el embajador? Yo también me chingo un par, faltaba más. Como te iba diciendo, Ken, tu país es una basura y creo que tendríamos que desmontar la Estatua de La Libertad. Andrés, opino la misma cosa, esa estatua está vieja. Gracias por tu comprensión, Ken, pero no me tienes tan contento: Wilson fue un miserable y lo sabes. Derrocó a Madero, qué miserables, casi estoy por quitarte tus tamales de chipilín, pero soy generoso. Andrés, yo ser tu amigo. Gracias, Kena, pero sí le voy a decir a Joe: no manches, libera a Assange, nada hizo; mecachis, sólo ha luchado por el pueblo bueno.
En eso tienes el razón, Andrés, pero Joe es muy necio, ¿te conté que quería desmontar el Ángel de la Independencia? Sí, quería tirarla al Ángel. Yo me opuse, Andrés. Gracias, Kena.
Gil ha descubierto estas defensas notables del presidente Liópez Obrador. Pero Gamés tiene otras, como por ejemplo la defensa de la dictadura cubana, la de Maduro, la de Ortega. Como diría el clásico: uno no sabe nunca nada.
Todo es muy raro, caracho. Como diría Descartes: “si no está en nuestro poder el discernir las mejores opiniones, debemos seguir las más probables”.
gil.games@milenio.com
