Xavier Sadrack cayó en manos de la justicia en un edificio de la colonia Bondojito; siempre perspicaz, Gil afirma: hay que comprar muchos drones para detener a muchos amigos de lo ajeno y bandas criminales que asuelan la ciudad...
Repantigado en el mullido sillón del amplísimo estudio Gil leyó en su periódico La Razón que la policía le echó el guante al autor intelectual del robo a una joyería en la exclusiva Plaza Antara, en los límites de la colonia Polanco. Lo encontraron con drones de la Unidad Águila, así lo informó el secretario de Seguridad, Omar García Harfuch, en conferencia de prensa. Xavier cayó en manos de la justicia en un edificio de la colonia Bondojito. Siempre perspicaz, Gil afirma: pues hay que comprar muchos drones para detener a muchos amigos de lo ajeno y bandas criminales que asuelan (gran verbo) la ciudad.
En el lugar en el cual pernoctó Xavier Sadrack “N” se encontraron 140 dosis de cocaína, un arma de fuego, cartuchos, cuatro equipos telefónicos y ropa que coincide con la que utilizaron los malhechores el día del asalto. Ah, y dos motocicletas.
Ahora mal sin bien: este autor intelectual es muy peculiar. Él distribuyó los mazos, martillos, cascos y demás insumos que fueron utilizados durante el robo.
Obedecer
Gil imagina la escena del jefe de la banda dando instrucciones: daremos un golpe de los grandes. Acá tienen estos mazos. Van a la joyería Berger de Antara, le dan de martillazos a la vitrina, con juerza porque el vidrio es blindado. Una vez destruido el cristal, se agandallan los relojes carísimos. ¿Está claro? Para Gamés, lo verdaderamente extraordinario es que los subalternos de Xavier Sandrack hayan acatado sus órdenes. Gil vuelve a imaginar: Ámonos a darle de mandarriazos a las vitrinas. Y si nos ven, nada le hace.
Los amigos de lo ajeno se mal hicieron de 15 relojes de alta gama. Estas palabras que definen a los relojes carísimos de Francia ponen muy nervioso a Gilga: de alta gama. Gamés tiene un reloj Citizen, ¿eso es alta gama? Al parecer no, pues un día lo dejó abandonado en un baño público y al regresar ahí estaba, triste y solitario, el reloj de bajísima gama. Resumen: la policía siempre vigila.
Para cerrar el drama: Gil recordó esa escena de El rey del barrio en la cual Tin Tan les dice, amenazante, a sus secuaces después de que han realizado varios asaltos: “Si en algo estiman sus vidas, no se metan con la mía que es privada”.
Largo covid
Uno de los jefes de la industria de la mentira es un consentido presidencial: Hugo López-Gatell. Gilga sabe que no le creerán, pero según varias encuestas, su nombre de él figura entre los favoritos para la jefatura de Gobierno de Ciudad de México. Por razones como ésta, Héctor Aguilar ha insinuado, novohispano y desconfiado (ado-ado), que “hay más encuestadoras que estiércol”, en alusión a los dichos y escritos de Francisco Cervantes de Salazar y no, por cierto, de Bernardo de Balbuena como escribió hace días en este espacio el torpe Gamés.
Volvamos al mentiroso López-Gatell, quien dijo el año pasado que “toda persona tiene la posibilidad de ser atendida si tiene uno, dos o treinta de estos síntomasque acompañan al covid-19 prolongado”. Al día de hoy, menos de 2% de las personas que sufren postcovid-19 ha recibido atención en los servicios de salud pública.
Según su revista Proceso en una nota de Alice Pipitone, “la Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte que cualquiera con un historial de contagio de covid-19 puede desarrollar el síndrome o afección postcovid-19: efectos en la salud a mediano y largo plazo en distintos órganos, de nueva aparición o persistentes a la enfermedad inicial que no pueden explicarse con diagnósticos alternativos a la infección por SARS CoV-2”.
Los síntomas y efectos más comunes, identificados por la OMS y múltiples publicaciones científicas, son de origen neurológico: fatiga extrema, alteraciones en el estado de ánimo y pérdida de sensibilidad, entre otros males.
López-Gatell: “Por ahí había alguna propuesta de que se agregara a la lista de enfermedades sujetas a vigilancia epidemiológica en México el covid-19 prolongado; desde el punto de vista médico carece de sentido porque no es una enfermedad específica”.
“El reconocido epidemiólogo mexicano Jaime Sepúlveda Amor, director ejecutivo del Instituto de Ciencias de la Salud Global de la Universidad de California en San Francisco, afirma, según la nota de Alice Pipitone, lo siguiente: ‘No me sorprende que digan que no es una enfermedad específica. Han usado todo tipo de excusas y mentiras en el pasado, y evitado dar información epidemiológica’”.
Todo es muy raro, caracho, como diría Sófocles: “Una mentira nunca vive hasta hacerse vieja”.