Su periódico MILENIO lo publicó en la primera plana: Alejandro Moreno no renuncia a la dirigencia priista. Once ex dirigentes del PRI le exigieron a Alito que abandonara el CEN “por acaparar espacios y secuestrar al partido”. ¿Y qué creen? Que en una noche oscura los estatutos del partido cambiaron misteriosamente, razón por la cual, nadie mueve a Alejandro Moreno hasta el año 2023. Según la nota de Israel Navarro y Edgar Ledesma, el encuentro acabó a gritos y sombrerazos. Roberto Madrazo le gritó a Alito que la situación era insostenible, pero Alejandro Moreno se montó en su macho y les dijo a los ex presidentes esta máxima del viejo nuevo priismo: aquí mis chicharrones truenan. Y tronaron. Y Alito se encamina a la catástrofe.
Este dirigente ha perdido 10 gubernaturas desde el año de 2019. Por mucho menos, un líder más o menos con cierto sentido de la realidad habría renunciado, pero no Alito, que quiere matar de hambre a los periodistas y a su partido de vergüenza.
La inenarrable gobernadora Layda Sansores ha tomado de las solapas al impresentable Alito y le ha dado una zarandeada de padre y señor nuestro. Mediante espionajes ilegales lo ha puesto a dar vueltas como trompo chillador. Los audios lo exhiben como un mentiroso sin escrúpulos, un violento de prácticas al menos sospechosas con algunos terrenos, nada más siete mil metros en Campeche; ni hablemos de su compromiso democrático, igual a cero. El PRI se encamina hacia su desaparición. Pero Alito se la rifa.
Al partido le falta un presidente de la República, el último se la pasa bomba en España y echa novio sin parar en las discotecas exclusivas, así se les decía antes. Gilga imagina a Peña bailando en la pista con su pareja y pronunciando frases inolvidables: “¿Te había dicho que tus labios se llegaron a recrear aquí en mi boca? ¿Llenando de pasión y de ilusión mi vida loca?”. Y ella no se queda atrás: “Kike: eres un tigre en el lecho, un búho en la noche, un pajarillo en la tarde y un ojete a todas horas”.
La gallina
No hay quien desbarate el nudo: 21 posiciones del CEN del PRI están ocupadas por el mismo número de legisladores afines a Moreno y sus intereses, con lo que se “abusó”, dicen los ex dirigentes priistas, de los espacios del partido y de elección popular. Como diría la extinta madre de Gil: gallina que come huevo, ni aunque le quemen el pico. Hay una alta probabilidad de que Alito apague la luz del PRI.
Gamés cavila: no culpemos de todo el desastre a Alito. El tricolor migró a Morena, los candidatos se movieron al guinda, se vendieron por un plato de embajadas, lograron pasaportes dorados para salvar el pellejo, hicieron negocios, compraron jueces. Bien pensado, convendría que el partido fuera lo que ha sido en los últimos tiempos: un cascabel en el gato de Morena.
Beatriz Paredes
No todo ocurre en el fango, Beatriz Paredes fue una dirigente ejemplar y, según Gil, debió permanecer en el cargo. Por cierto, su periódico MILENIO informa que entre 2007 y 2011, Paredes retuvo 11 gubernaturas, recuperó 7 y perdió 3. Paredes le dijo a Elisa Alanís que a los ex dirigentes priistas les preocupa el desgaste que tiene el partido por la falta de diálogo entre miembros de la bancada y la sangría, y la militancia de base hacia Morena. Beatriz, su preocupación es genuina, pero como dice la canción: lo que un día fue no será.
Edomex
Dicen los que saben que el rumbo de la elección presidencial del 2024 podrá verse en la brújula grande de las elecciones del Estado de México. Mientras Morena arrancó con todo en Toluca, gobernadores, posibles precandidatos a la Presidencia y la máquina a todo vapor; mientras esto ocurría, los dirigentes de la oposición jugaban al ratón viejo y cauteloso: Alfredo del Mazo dio a conocer que Ernesto Nemer dejó la Secretaría General del gobierno para ocupar algún cargo en el CEN del PRI. Ohhh! Magia. Es que de veras: no dan golpe.
Todo es muy raro, caracho. Como diría Quevedo: “La soberbia nunca baja de donde sube, porque siempre cae de donde subió”.
Gil s’en va
Gil Gamés
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