Durante las próximas semanas estaré publicando una serie de columnas enfocadas a las elecciones de Estados Unidos y su impacto con China.
Estados Unidos celebrará sus elecciones presidenciales el próximo noviembre.
Kamala Harris y Donald Trump, candidata demócrata y candidato republicano respectivamente, compiten por la presidencia en un país que atraviesa un momento difícil.
La polarización política, la crisis social derivada del alarmante consumo de fentanilo entre determinado sector de la población, la desconfianza de la ciudadanía hacia la clase política y una economía menos robusta son algunos de los problemas que enfrenta la nación norteamericana.
A nivel internacional, Estados Unidos enfrenta otro desafío: la creciente pérdida de confianza en el régimen de democracia occidental liberal que promueve en el mundo.
Las elecciones tendrán un impacto directo en China, nación con la que compite principalmente en el ámbito comercial y tecnológico. China, que fue durante mucho tiempo el principal socio comercial de Estados Unidos, ha caído al segundo lugar, detrás de México.
El gigante asiático ha logrado forjar numerosas alianzas con países aliados de Estados Unidos bajo la premisa de una cooperación comercial sana y amistosa, situación que no es bien vista por el poder político estadounidense.
¿Qué implicaciones tendrán los resultados de las elecciones en la relación bilateral Estados Unidos-China? Todo dependerá de quién sea el ganador.
Existe un antecedente de la relación bilateral de Estados Unidos con China con cada candidato.
Relación con Trump
Durante la gestión Donald Trump la relación bilateral se deterioró a terrenos nunca vistos.
A su llegada a la Casa Blanca adoptó una política comercial proteccionista, una de sus primeras medidas como presidente fue la imposición de aranceles a productos chinos de hasta el 30%.
La confrontación entre Estados Unidos y China durante la gestión trumpista fue evidente.
En esta nueva contienda electoral el candidato republicano eligió como compañero de fórmula al senador J.D. Vance para que sea su candidato a la vicepresidencia.
En cuestión de política internacional Vance ha mencionado en reiteradas ocasiones que el principal problema de Estados Unidos es China, no Rusia.
En caso de una victoria del Partido Republicano, es probable que la guerra arancelaria entre Estados Unidos y China continúe, e incluso se intensifique, con una política arancelaria más agresiva que podría aumentar hasta un 60% de aranceles sobre los productos chinos según declaraciones hechas por el ex presidente Trump en meses recientes, para él China es un adversario en el ámbito comercial y no en el geopolítico, expresando en varias ocasiones su descontento con la asignación de fondos del gobierno estadounidense a la ayuda militar para la región de Taiwán.
El republicano se opone a un conflicto con China con la región de Taiwán y parece no estar interesado en establecer una zona de influencia en la isla y en países circunvecinos.
Por lo tanto, en caso de que el candidato republicano gane, el conflicto con China se centraría exclusivamente en el ámbito comercial.