Política

En Zapopan, un infierno ignorado

El estudio “Geolocalizaciones de tramas y urdimbres en las desapariciones de personas en Jalisco”, se sustenta en datos de cédulas de búsqueda desde 2018

En el sombrío panorama de las desapariciones en Jalisco, Zapopan se alza como el epicentro del horror. Un reflejo desolador de la ineptitud y la negligencia. La investigación presentada por del doctor David Coronado Arias, del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH) de la Universidad de Guadalajara (UdeG), desnuda una realidad que debería estremecernos. En Zapopan, 719 personas han desaparecido, con Valle de los Molinos y San Juan de Ocotán, como las colonias epicentros de esta tragedia.

El estudio “Geolocalizaciones de tramas y urdimbres en las desapariciones de personas en Jalisco”, se sustenta en datos de cédulas de búsqueda recopiladas desde 2018. Esta labor notable, liderada por el doctor Coronado Arias y apoyada por la geógrafa Mariel Monserrat Quezada Duarte, depuró 8 mil 153 registros iniciales para obtener una base precisa de 3 mil 332 casos. Utilizando información de colectivos de búsqueda, la Comisión Estatal de Búsqueda y la Fiscalía de Jalisco, el equipo de la UdeG creó un mapa interactivo que visibiliza las zonas más afectadas.

De forma que en los hallazgos se encuentra que ‘Valle de los Molinos’ y ‘San Juan de Ocotán’, no son simples nombres en un mapa municipal; son verdaderos campos de la desesperanza, donde la inseguridad y el miedo son el pan de cada día. Estas colonias encabezan la lista de desapariciones, una lista que es una condena implícita a la ineptitud.

El doctor Coronado Arias no tuvo reserva al señalar que la relación no es simplemente entre pobreza y violencia, sino entre pobreza y desatención gubernamental. Las áreas más afectadas por las desapariciones no solo son las más pobres, sino ¡las más ignoradas por la autoridad del gobierno! “No es que la relación sea violencia-pobreza, sino que la relación es pobreza-falta de atención. Hay pobreza y entonces el Estado les presta menos atención”, sentencia Coronado Arias.

Es una información que debería hacer temblar a cualquier funcionario con un mínimo de conciencia del horror que se vive en estos lugares de un municipio, que parece haber olvidado estos territorios. En el sombrío tapiz de la desidia, Zapopan se yergue como un espectro en el crepúsculo, un páramo olvidado donde las sombras de los desaparecidos susurran historias de abandono. Aquí, en los rincones de Valle de los Molinos y San Juan de Ocotán, el eco de las ausencias resuena como un lamento perpetuo, condenando la indiferencia de un gobierno que ha sellado su destino con el hierro frío de la negligencia. Este es un limbo donde la esperanza se disuelve en la bruma de la desatención y la indolencia.

Efectivamente, las colonias con altos niveles de informalidad laboral y bajos ingresos económicos son caldo de cultivo para la tragedia. Las desapariciones, como se ha demostrado, no ocurren en esas proporciones en zonas con albercas y casas lujosas; sino en aquellos rincones olvidados donde la autoridad brilla por su ausencia e indiferencia. La investigación demuestra que, en áreas con mayor poder adquisitivo, la incidencia de desapariciones es mínima. Esto no se debe a una menor violencia, sino a una mayor inversión en seguridad y servicios.

El silencio y la inacción del gobierno municipal de Zapopan son inaceptables. Las autoridades deben asumir la responsabilidad por esta crisis humanitaria. No podría llamarse de otra forma ¿Dónde está la estrategia integral para combatir las desapariciones? ¿Dónde está el compromiso real con las comunidades más vulnerables? La investigación dada a conocer esta semana nos brinda una radiografía precisa y aterradora de la realidad en Zapopan. La falta de atención en áreas económicamente deprimidas es un factor crítico que debe ser asumido para mejorar la seguridad y el bienestar de sus habitantes.

En Zapopan se vive un infierno que refleja la indiferencia y el abandono de la autoridad. La crisis de desapariciones documentada es un llamado urgente a la acción social. No se debe seguir ignorando las voces de las familias que buscan desesperadamente a sus seres queridos. La autoridad debe responder con acciones puntuales y efectivas. Es hora de que el gobierno municipal deje de mirar hacia otro lado y asuma su responsabilidad. La protección de los ciudadanos no es una opción, es un deber ineludible.


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Gabriel Torres Espinoza
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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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