Una ventaja que le he encontrado al encierro pandémico es que hay más tiempo para leer.
Leer es, por supuesto, una manera de fugarse de cualquier encierro.
Aunque nunca podrá sustituir a una fuga de verdad, al escape de las cuatro paredes al monte, al río, al desierto, a la calle.
Siempre es un deleite descubrir a un autor o una autora nueva que sea estimulante.
Ese es el caso del libro que acabo de leer:
La historia de Más de Hope Jahren (The Story of More, Vintage 2020) en el que la autora, científica de primera línea, nos describe el conflicto entre nuestra especie y sus aspiraciones y el planeta en que vivimos, quizá el único capaz de soportar vida compleja.
Les comparto algunas citas que me impactaron: “Somos fuertes y suertudos.
Nuestro planeta es el hogar de mucha gente que lucha por sobrevivir con muy poco.
El hecho que pertenezcamos al grupo que tiene comida, refugio y agua limpia nos obliga a no darnos por vencidos con el planeta que nosotros mismos hemos puesto en aprietos. El conocimiento implica responsabilidad”.
O bien esta otra cita, muy a propósito de algunas ideas que se escuchan cuando se “filosofa” sobre esta pandemia: “Tener esperanzas requiere valor. No sólo importa lo que hagamos sobre el cambio global sino cómo hablamos de él en el salón de clases y más allá.
El riesgo es paralizarnos con el mensaje de que hemos envenenado la Tierra y que, por lo tanto la Tierra nos rechaza.
Hasta donde sabemos este es aún el hogar eterno de nuestra especie y no debemos alienar a nuestros hijos de él. Debemos avanzar y vivir en el mundo que hemos hecho al tiempo que entendemos que su estado actual surge de nuestro afán por tener más”.
Y el regalo de un grafiti en una esquina en el centro de Oslo que resuena en los salones del Vaticano:
“Adoramos a un dios invisible y asesinamos una naturaleza visible, sin darnos cuenta que la naturaleza que asesinamos es el dios invisible que adoramos”.
Otra más que como investigador me llegó: “Seis meses en el laboratorio te pueden ahorrar una hora en la biblioteca”.
Seguro encontraré nuevas autoras y nuevos autores que me entusiasmarán como Hope Jahren y seguro que volveré a otros y otras que ya son viejos amigos a quienes he conocido por sus libros.
Por último, siendo este viernes que escribo, aniversario de la promulgación de la Constitución de 1917, no dejo de maravillarme con las modificaciones que una coalición amplia de activistas, consultores y funcionarios logramos hacer a nuestra ley fundamental.
Me refiero al reconocimiento del derecho de toda mexicana y todo mexicano a una movilidad eficiente y segura.
Derecho que vamos viendo concretado en la Ciclovida de la Colón, producto, como no, de los esfuerzos de otra coalición amplia de activistas, consultores y funcionarios.
(twitter.com/fvaldesp)