1. El papa Francisco ha anunciado un Año Santo de la Misericordia, a celebrarse del 8 de noviembre de este 2015, al 20 de noviembre del 2016. Desde que inició su servicio como sucesor de Pedro, el Papa argentino ha manifestado un gran interés por el tema de la misericordia. Inclusive, en su primer Angelus, y en un hecho inusual —los papas no acostumbran elogiar escritos de sus cardenales— recomendó el libro La misericordia. Clave del Evangelio y de la vida cristiana, del cardenal Walter Kasper, ya famoso…
2. …por su postura comprensiva ante los divorciados vueltos a casar que desean acercarse a la comunión. En la página 145 del texto, el cardenal Kasper afirma: “Otro grave malentendido de la misericordia consiste en creer que, en nombre de ella, es legítimo hacer caso omiso del mandato divino de la justicia… así, a causa de una comprensión falsamente sentimental de la misericordia, se trasgreden a veces preceptos elementales de la justicia”. Uno de estos preceptos de la moral cristina, y de cualquier legislación civil…
3. …se conoce como reparación del daño. El artículo 21 de la Constitución General de la República habla de esta figura para compensar los agravios sufridos. Si se comete un delito o una ofensa —en el terreno moral— no es suficiente el pedir perdón a la persona ofendida, sino que debe restituirse en función de la falta. Si yo le robo un objeto a mi vecino, no basta con que me disculpe con él, sino que debo regresarle lo robado o entregar una suma de dinero equivalente. Qué bueno que se pide perdón, pero no lo es todo.
4. Además de la reparación del daño, la moral cristiana añade otras características asociadas a la petición de perdón: un profundo arrepentimiento de lo sucedido y el firme compromiso de que no volverá a repetirse. De nada sirve, entonces, que el esposo le ofrezca una disculpa a su mujer después de golpearla, si no se arrepiente ni se compromete a evitarlo en el futuro. Es cierto que los humanos somos expertos en repetir nuestros errores, pero si nos disculpamos debemos tener arrepentimiento y propósito de enmienda.
5. No sé si el Presidente de la República se haya enterado del Año Santo de la Misericordia promulgado por el papa Francisco, y quizá quiera acogerse a sus misericordiosos beneficios. Lo cierto es que nos acaba de pedir perdón a tod@s l@s mexicanos. En efecto. El fin de semana pasado, al clausurar la 38 sesión del Consejo Nacional de Seguridad Pública, en Palacio Nacional, nos ofreció una disculpa a quienes nos sentimos indignad@s y lastimad@s por el escándalo de la ya famosa Casa Blanca adquirida por su esposa.
6. Sin embargo, reitera que no violó la ley. Argumenta que, de acuerdo a la investigación realizada por la Secretaría de la Función Pública, no se dio conflicto de intereses en la adquisición del inmueble. Tampoco en las compras de casas que hicieron el mismo Peña Nieto y el secretario de Hacienda Videgaray. El problema, entonces, estriba en que el Presidente nos pide perdón por un acto honesto y apegado a la ley. Si así fuere, no tiene por qué disculparse, por más que nos hayamos indignado y nos hayamos sentido lastimad@s.
7. Obviamente, no sé si alguien en México y en el extranjero haya creído en la versión del no-conflicto-de-intereses. El investigador, empleado y amigo del investigado, no podía fallar en su contra. Mejor que el Presidente no nos pida perdón, porque tendría que arrepentirse de lo hecho —no creo que lo haga— y reparar el daño —tampoco lo hará—. En un descuido, y por ser tan mal pensad@s, a lo mejor hasta somos nosotr@s quienes tenemos que disculparnos con él, por haber ofendido su imagen y afectado su fama.
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