La idea de “relanzamiento” es un concepto claramente mercadológico, en este caso de mercadotecnia política. La mercadotecnia política siempre ha sido cuestionada por el supuesto del que parte. Supone que un votante es igual a un consumidor. Sin embargo, un consumidor no se comporta necesariamente como un elector y mucho menos un ciudadano.
Acción Nacional, en algún sentido inició esta práctica de manera muy exitosa. La elección del expresidente Fox es el mejor ejemplo. Frases como: “¡Ya!”, “¡Cambio!”, “Hoy, hoy, hoy”, fueron emblemáticas y muy eficaces para definir la elección del año 2000, en que derrotó al PRI. Una elección de cambio de régimen. Posteriormente en 2006, durante el proceso de la elección presidencial más debatido en tiempos recientes, conocimos las campañas negativas o de contraste con frase como “es un peligro para México” aplicada al candidato López Obrador.
No obstante que la ciudadanía ha observado muchas de estas campañas y cada vez las ve con mayor suspicacia, no dejan de ser efectivas. El mejor ejemplo reciente es la campaña de Movimiento Ciudadano en 2024. Con un candidato carismático no polarizante, un posicionamiento alternativo al sistema electoral “tradicional” y estrategias convencionales como “jingles” (canciones), logró obtener un resultado por arriba del Revolucionario Institucional en la última elección presidencial.
¿Cuál es el elemento que posee Movimiento Ciudadano y podría ser la mayor limitante de la nueva campaña del PAN?: novedad. A diferencia del PAN, que ya estuvo 12 años en la presidencia y conserva estados como Aguascalientes, Guanajuato o Querétaro, Movimiento Ciudadano, si bien gobierna Jalisco y Nuevo León, para el electorado nacional es un partido por descubrir, es un partido nuevo, es un partido fresco.
De hecho, por irónico que parezca Morena, no obstante que tenga la presidencia del país y gobierne casi dos terceras partes de las entidades federativas, sigue siendo, a ojos del electorado, un partido nuevo. Percepción que no dista tanto de la realidad porque han pasado apenas 11 años desde su fundación. Por ello, es fundamental que Acción Nacional explique, articule y convenza qué hay algo nuevo en esta nueva propuesta.
Dos elementos con los que Acción Nacional intenta mostrar innovación son: 1) la convocatoria abierta para candidaturas ciudadanas y el luego 2) la redefinición de su posición ideológica en el espectro político. La primera parece una decisión coherente con la situación del partido, dados sus últimos resultados electorales y su propia historia. El segundo elemento es un poco más cuestionable. La historia electoral de nuestro país indica que tanto los partidos como sus votantes en México no son ideológicos.
En lo que se refiere a la apertura de las candidaturas a la ciudadanía, la dirigencia del PAN parte de un diagnóstico claro: la identificación partidista del PAN está en su mínimo histórico. Es decir, aquellos que están dispuestos a llamarse “panistas” no pasan del 6 por ciento del electorado. La identidad partidista está por debajo del PRI, no obstante que obtiene mayor preferencia en comicios o en las mediciones de encuestas, como lo muestra una medición reciente de Parametría. La última elección presidencial de 2024 también es prueba de ello.
Es decir, la decisión de abrirse a la ciudadanía es un reconocimiento implícito de que la supervivencia o crecimiento depende del voto independiente. El discurso político se convierte en voto ciudadano con candidatos ciudadanos. La lógica es incuestionable, ante la imposibilidad de poder conseguir una militancia que pueda aportar electoralmente o crear una estructura para tales propósitos, lo mejor es recurrir al voto independiente con candidatos apartidistas.
Una definición y división clásica de partidos políticos es la de partido de cuadros o partido de masas. Acción Nacional históricamente se ha definido más como un partido de cuadros. Aun cuando ha contado con un padrón de militantes, este nunca ha aspirado a ser numeroso o masivo. Por ello, esta propuesta en alguna medida es coherente con su historia. Este esquema contrasta con el del actual partido en el gobierno que aspira a hacer un empadronamiento de militantes numeroso, es decir, un partido de masas.
En lo que se refiere al elemento ideológico, es pertinente revisar a un clásico español que estudió el sistema político mexicano a profundidad y qué si bien describe en particular a sus partidos, en algún sentido también describe a sus votantes: Juan Linz. Esta descripción del siglo pasado sobre la ideología de los partidos podría aplicarse al sistema de partidos en general y a sus votantes hoy. Juan Linz describió en detalle la ideología del PRI.
Juan Linz decía que el PRI no era un partido ideológico, sino “pragmático”. Consideraba al PRI como un ejemplo típico de partido no ideológico. Es decir, un partido ecléctico, que absorbía múltiples corrientes. Con una ideología difusa, poco coherente, construida para mantener la cohesión más que para representar una visión doctrinaria clara. Capaz de incorporar desde posiciones de izquierda moderada hasta tecnócratas conservadores. La ideología del PRI servía más para legitimar que para orientar. El partido funcionaba como maquinaria de distribución de beneficios, no como expresión de un proyecto ideológico.
Para Juan Linz, la ideología de los partidos en México (especialmente la del PRI) se caracterizaba por ambigüedad y eclecticismo ideológico. Función legitimadora más que programática. Adaptabilidad para mantener un régimen autoritario hegemónico. Un contraste entre un partido dominante poco ideológico y oposiciones claramente ideológicas pero débiles.
Esta visión pragmática, no ideológica, a la que se refiere Linz también aplica a Acción Nacional en su momento. Un ejemplo de ello es cuando el expresidente Calderón declaró que su gobierno “rebasaría por la izquierda” a su adversario, en ese momento el PRD. Es decir, aun cuando su partido representa ideológicamente a la derecha en el espectro político, su gobierno tomó medidas de política pública --programas sociales— que algunos consideran de izquierda. A esto Linz le llamaba “mentalidad”, no ideología.
En suma, el “relanzamiento” del PAN requiere de elementos de novedad para que fructifique. De los dos más importantes, su apertura a candidaturas ciudadanas parece estratégicamente correcta y en términos prácticos no parece haber muchas opciones. Sin embargo, en lo que se refiere a su definición ideológica, dado nuestro historial de comportamiento electoral o de ideología de partidos, no se ve clara su conveniencia. De hecho, podría resultar contraproducente, pero de eso nos enteraremos pronto, en el proceso electoral de 2027.