El Censo de Población publicado recientemente por INEGI (25 de enero) tiene datos que revelan el cambio de la estructura demográfica del país. La información se presta para hacer un análisis casi interminable. Aquí sólo quiero reflexionar sobre algunos datos del cambio en la pirámide poblacional y sobre la falta de políticas públicas hacia un grupo vulnerable específico.
Somos un poco más de 126 millones de mexicanos que radican en el país. Algunas proyecciones anteriores estimaban que podríamos haber llegado a un número cercano a los 130 millones, el número final es menor. Si bien aumentamos en población poco más de 13 millones en los últimos 10 años, nuestra tasa de crecimiento es la más baja en más de un siglo (1.2 por ciento) y solo una décima por arriba de la más baja registrada en la historia (1.1 de 1900 a 1910). Desde la mitad de la década de los años sesenta, cuando alcanzamos nuestro momento de mayor crecimiento poblacional, nuestra tasa de crecimiento ha ido a la baja.

Bajo el criterio de los habitantes en el país somos en términos de población el número 11 en el mundo, por debajo de Japón y por arriba de Nigeria. Sin embargo, si sumamos los casi 12 millones que radican fuera de territorio nacional, en Estados Unidos, hay 138 millones de mexicanos. Es decir,uno de cada 10 mexicanos ha migrado al vecino del norte en busca de mejores oportunidades. Bajo esta consideración seríamos la nación número 10 en el mundo, por debajo de Rusia con 145 millones.
Es cierto que contamos todavía con un bono demográfico, pero México está envejeciendo. Uno de los datos más reveladores del Censo es el promedio de edad de la población. En el año 2000 el promedio de edad del mexicano era de 22 años. Para 2010 pasamos a 26 años y en esta última medición estamos en 29 años. En un periodo de 20 años el promedio de población aumento 7 años.
Si bien el cambio se está dando de manera lenta es claro cómo la base de la pirámide se está reduciendo y la parte alta se esta ensanchando. Es decir, en un futuro cercano una base menor de población se tendrá que hacer cargo de mantener a un mayor número de adultos mayores. Un reto para nuestro sistema de pensiones y de fondos para el retiro. El gráfico que publica INEGI es muy ilustrativo en el cambio de forma de la pirámide.
Otro dato que revela que somos una población más madura es la cantidad de personas promedio por hogar. En los últimos dos censos ha habido una disminución de número de habitantes promedio por hogar. Mientras en 2000 había 4.4 personas por hogar en 2010 bajó a 3.9 en 2010 y para 2020 se reportaron 3.6. Ello significa que los hogares son cada vez más pequeños con familias reducidas o personas adultas que viven solas.
Uno de los mejores usos del Censo de Población es cuando deja de ser un indicador más, para pasar a ser un diagnóstico de política pública. Para este propósito basta mostrar un ejemplo de un grupo vulnerable con serias carencias. Los casi 21 millones de personas tienen alguna discapacidad motriz o mental pueden ser un buen ejemplo dado el proceso de envejecimiento de la población del país.
En un ejercicio de prospectiva elemental o incluso reflexión utilitaria es un dato que nos debería interesar a todos porque todos eventualmente llegaremos a formar parte de este grupo con la edad. En una visión menos práctica y más de filosofía política nos deberíamos de cuestionar los deberes del Estado con esta población.
En teoría un estado de bienestar, comunitario o social demócrata moderno (dependiendo de la categoría que se quiera asumir)ofrece las mismas oportunidades a todos sus ciudadanos. Aquellos que están en una situación de mayor vulnerabilidad se les debe de compensar o proveer de los recursos necesarios para igualarlos con el resto de la población.
Es cierto que desde hace años el gobierno federal o muchos gobiernos locales asumen responsabilidad con sus adultos mayores (por hablar sólo de una parte de este grupo). Sin embargo, no es claro que compensando sólo con ingresos económicos se pueda igualar a está población. Hay temas como inversión en infraestructura (rampas, accesos), acceso a la salud, inclusión social o hasta valoración social son necesarios para dar igualdad de oportunidades.
El Censo de Población nos ofrece la posibilidad de hacer un análisis prospectivo para ver a donde va el país, su población y eventualmente sus necesidades. Este análisis nos permite tomar las decisiones de política pública para corregir o remediar por los cambios demográficos. Esperemos que estas reflexiones las estén haciendo los responsables ahora en el gobierno y tomen decisiones de Estado para prever lo que viene en el futuro no tan lejano.

Nota metodológica: Censo de Población y vivienda 2020 realizado por el INEGI. Entrevistas cara a cara, las unidades de observación fueron las y los residentes habituales del territorio nacional, así como las viviendas particulares y colectivas, realizado del 2 al 27 de marzo de 2020. los procesos del Censo de Población y Vivienda 2020 se diseñaron y ejecutaron considerando la Norma Técnica del Proceso de Producción de Información Estadística y Geográfica para el INEGI, emitida en agosto 2018.

