Los apuntes de Leonardo Da Vinci sobre anatomía son fragmentarios.
El lector de esta columna encontrará alguna similitud con las ideas de Ovidio y otras mucho más modernas:
Son once los tejidos elementales del cuerpo humano: cartílago, hueso, nervios, venas, arterias, fascias, ligamentos, tendones, piel, músculo y grasa.
Es necesario que un pintor conozca las formas y la estructura del cuerpo.
Debe describir los músculos que se vuelven invisibles cuando la persona engorda, y aquellos que saltan a la vista cuando la persona es magra.
Observará qué partes son cóncavas de una persona con sobrepeso y qué partes son más prominentes cuando la persona es magra.
Sucede que dos músculos están unidos, aunque sirven a dos miembros distintos.
Esto ocurre para que, en el caso de que un músculo se lesione, el otro realice el trabajo necesario.
Los ancestros han descrito el cuerpo humano como un mundo en miniatura. Y de verdad el término está muy bien empleado, pues un ser humano está hecho de tierra, agua, viento y fuego, tal como la Tierra.
Y de la misma forma que el cuerpo humano posee en su interior huesos que sostienen y dan estructura a la carne, la Tierra posee rocas que le otorgan configuración.
Y así como el ser humano contiene una cantidad de sangre en la cual se contraen y se expanden los pulmones en cada respiración, el cuerpo de la Tierra cuenta con océanos, que también se levantan y caen cada seis horas.
Y de igual manera que la sangre es llevada al cuerpo por venas que extienden sus ramas a lo largo del cuerpo, los océanos llenan el cuerpo de la tierra con un número infinito de venas de agua.
La naturaleza otorga un alma al cuerpo del niño en el útero de la madre.
Es el alma de la madre que forma el cuerpo de la creatura primero, para luego despertar el alma que lo habitará.
El alma existe en estado latente en el inicio y está bajo el cuidado del alma de la madre.
Ella nutre y anima el cuerpo del niño a través del cordón umbilical, y le infunde todas sus piezas espirituales.
Y esto ocurre porque el cordón umbilical une la placenta a los cotiledones, y por lo mismo la madre está vinculada al hijo.
Así se explica por qué un deseo, un antojo muy intenso o un susto, o cualquier sufrimiento mental de la madre, tienen más influencia en el hijo que en ella misma.
Dejo la definición de alma a la imaginación de los frailes, aquellos padres de la gente que conocen los secretos por inspiración. Acepto los libros sagrados, pues en ellos se encuentra la verdad suprema.
*Traducción y selección personal de “Leonardo’s Notebooks” (Leventhal; Ed. H. Anna Suh).