López Obrador actúa en la pista que le gusta y le conviene. Es la del espectáculo que pretende crear agenda y realidades alternas. Si hay un lugar donde puede triunfar, es en la carpa de la propaganda. Tiene carisma, recursos, estrategia y mucha experiencia.
En un nuevo “autodiálogo circular”, el protagonista de las mañaneras insistió que el secretario de Gobernación no acudió a mitin alguno, por más que la preocupante realidad mostró al titular de la Segob, Adán Augusto López, al comandante de la Guardia Nacional, Luis Rodríguez Bucio, y al subsecretario de Seguridad, Ricardo Mejía, en un evento convocado por Mario Delgado, dirigente de Morena.
Los civiles y militares encargados de la seguridad en el México de la corrupción, impunidad, crimen organizado, fosas clandestinas, etcétera, en acto partidista y de promoción ilegal.
Nuestros impuestos trabajando. Total, ya dijo AMLO que el país está en paz. Que, a pesar de las masacres, feminicidios, desapariciones, la violencia se concentra en unas cuantas regiones y se matan entre bandas. Palabras al estilo Calderón, pues.
En tanto, logrará su cometido. Usar una valiosa figura de participación ciudadana para dar un paso más en contra del INE y del TEPJF y como mecanismo de publicidad del régimen.
En la arenga tocó el turno a la cabeza de Gobernación. Habló de la votación del próximo 10 de abril. La calificó como un amanecer democrático. “No tengo ninguna duda que aquí, Coahuila dirá: no estás solo, Andrés Manuel López Obrador”, remató.
Andrés Manuel dijo que lo que se vio y escuchó no se vio ni escuchó. Que Adán no promovió la consulta a su favor. Y que las autoridades competentes deberán resolver si violó la ley.
Acto seguido, el truco de cierre, el gran final: despojar de legitimidad a esa “autoridad competente”. “No han estado a la altura de las circunstancias…” y bla, bla, bla. Aplausos para el mago que pretende hacer maje al respetable. Hasta la siguiente puesta en escena.
Aquí entre nos
Cómo estará el show de la simulación, qué bien disfrazaron la ratificación, que los políticos de la impresentable oposición marchan porque AMLO permanezca hasta el 2024, mientras las huestes obradoristas arengan a favor de la consulta de revocación.
Elisa Alanís
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