En el episodio de Los Simpson “Sólo se muda dos veces” (1996) el multimillonario Hank Scorpio crea una idílica ciudad llamada Arroyos Cipreses para ofrecer vivienda a los empleados de su empresa Globex. En el video promocional se van reemplazando calles sucias y deterioradas por las de la ciudad de aspecto reluciente, repleta de cafés de moda y tiendas, y en algún momento un indigente es reemplazado por un buzón de correos. La idea genialmente parodiada era llevar un paso más lejos las fantasías de aislamiento de los multimillonarios del mundo, creando su propia ciudad a su medida, poblada por sus empleados, donde el acceso a la propiedad se limite a los subordinados del jefazo.
Poco más de veinte años después, en 2017, el también multimillonario Michael Moritz, dedicado en parte a gestionar fondos de capital de riesgo (y quien en un artículo para The Wall Street Journal alguna vez se opusiera a una medida para incrementar el presupuesto de la ciudad de San Francisco para abordar el problema de la indigencia, en donde se pregunta cómo ha gastado la ciudad en comunicar a los indigentes del mundo que no es el lugar de ensueño que puedan pensar), escribió un correo a varios de sus colegas magnates de Silicon Valley, exponiendo la posibilidad de invertir en una ciudad creada desde cero en el norte de California, ofreciendo espectaculares ganancias potenciales a la inversión. Poco después se puso en marcha una empresa llamada Flannery Associates, que comenzó a comprar silenciosamente tierra muy por encima del precio de mercado en el condado de Solano, situado a unos cien kilómetros de San Francisco. La misteriosa compra masiva de tierras naturalmente generó especulaciones y nerviosismo, y finalmente en días recientes se reveló un proyecto llamado California Forever, compuesto exclusivamente por magnates de empresas tecnológicas (incluida la viuda de Steve Jobs), que ha comprado más de 50 mil hectáreas de tierra a más de mil millones de dólares, para poner en marcha el plan de crear su propia ciudad.
Un vistazo a la página web www.californiaforever.com permite conocer más a fondo el proyecto, incluidas ilustraciones de niños andando en bicicleta en las soleadas calles, o gente (que parece ser toda blanca) charlando animada en terrazas o haciendo kayak. Ahí se especifica que la ciudad sería completamente financiada con dinero privado, y obviamente podemos pensar que la empresa dueña de la ciudad será la encargada de escoger a sus habitantes, decidiendo a quién se le ofrece la oportunidad de realizar ahí sus sueños, y a quién no. Este proyecto lleva la gentrificación a un nuevo nivel, pues ya no hay siquiera barrio o población originaria que gentrificar, sino que la inversión en una ciudad que dejará a sus dueños espectaculares beneficios implica que esta nacerá ya gentrificada, a partir de la elección tanto de los habitantes como de la arquitectura, escuelas, lugares de ocio, etcétera. Podemos también suponer que en esta utopía de ciudad corporativa se tomarán medidas para evitar la presencia de indigentes, pues es también evidente que comprar y modelar una ciudad a la medida de las fantasías de los magnates que la crean conducirá a que las autoridades electas sean meros títeres, pues se puede adivinar que sería muy fácil que los dueños voltearan a los ciudadanos por ellos seleccionados en su contra.
California Forever: la distopía de magnates de la tecnología donde varias de nuestras más temibles pesadillas se van haciendo realidad.