El virtual triunfo de ayer en la contienda interna panista de Asael Hernández Cerón refleja el momento que vive la oposición en el estado de Hidalgo. Me refiero a que son los personajes que encabezan los liderazgos, en la actualidad política y partidista, los que definen el rumbo de las elecciones y los gobiernos.
Y es que, no importa si entre candidatos uno es mejor que otro, al final se impone quien logra una mejor operación en base a los adeptos que va sumando y a la figura que representa dentro del círculo en que se desempeña.
Esto es, que a pesar de las encuestas, preferencias, tendencias y demás herramientas del marketing político y electoral, si hay una presencia que imponga condiciones, eso dará la mejor de las pautas para un triunfo en cualquier urna.
Revisemos la elección panista, no de ayer, sino de meses atrás. Cuando Asael Hernández tomó las riendas del PAN en 2015 se empezó a trabajar para obtener resultados importantes en las elecciones de 2016 donde habría que seleccionar candidatos para gobernador, presidentes municipales y diputados locales.
En el proceso hubo división, pleitos, enemistades –que a la fecha siguen- y un sinfín de recovecos políticos que conforman la grilla panista en el estado, en donde al final del día se obtuvo el mejor de los resultados en la historia política de Acción Nacional en Hidalgo. Hoy tienen 7 diputados locales y 16 presidencias municipales, que para bien o para mal se agencian a la cuenta de Asael Hernández Cerón como presidente estatal del partido.
Al crecer su figura, con todo y elementos en contra como vida interna del partido, transparencia y rendición de cuentas, consejos políticos abruptos y campañas de guerra sucia, se va gestando un liderazgo difícil de romper en municipios y regiones que a la postre decidieron la elección de ayer.
Un ejemplo, en Metepec votaron más panistas en la interna que para la presidencia municipal o para la diputación local. ¿Cómo fue eso?, pues tan simple como el agua de sandía. Existen bloques políticos al interior de los partidos que siguen el rumbo de un líder, de un dirigente. Él les indica por dónde va la ruta y ellos la siguen.
El PAN con Asael Hernández parece tener una ruta trazada; si bien no es de la simpatía plena de su propio partido, a nivel local y a nivel nacional, se ve que hay un proyecto de entrada definido; sí, donde lo encabeza un solo personaje, pero que a final de cuentas no existía dentro del panismo hidalguense.
Acostumbrados a la desazón de las derrotas en cada elección en el estado; con más contras que pros en su establecimiento en municipios, y con cambios que nunca han dejado echar raíces a militantes y personajes destacados, el PAN ahora tiene en Hernández Cerón a la figura que está haciendo crecer sus aspiraciones y las de los últimos ganadores de las elecciones de este año que culmina. Le viene bien a la política hidalguense.
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