El jueves pasado el secretario de finanzas del gobierno del Estado de México Rodrigo Jarque Lira hizo entrega de la propuesta de ley de Ingresos y egresos de la entidad para el ejercicio fiscal 2020. Lo interesante será cuanto margen de maniobra le cederán al gobernador para ejercer el presupuesto y cuanta mano le meterá la legislatura a ciertos rubros.
Antaño el gobierno de la entidad al presentar la ley de ingresos y egresos sólo era trámite. ´pues con mayoría de su partido en el gobierno o bien en comunión con el PAN cuando no tenían mayoría todo quedaba tal cual llegaba la propuesta del mandatario.
Las comparecencias del secretario de finanzas y de los subsecretarios y directores generales sólo servían para legitimar la iniciativa. Pues ya estaba todo listo. Le daban algo de juego a la oposición pero el dictamen no sufría modificaciones sustanciales sólo pequeñas observaciones quizá sólo quitaban algunas comas y puntos no más.
Otrora entonces la oposición era el PRD pero no contaba con los suficientes diputados para poder influir en cambiar algunos rubros del presupuesto y por lo tanto la ley se iba sin modificaciones tal vez con unos ajustes.
Hoy las condiciones están para que el Legislativo realmente se convierta en un contrapeso. No para modificar a su antojo y a los intereses del partido dominante la ley de ingresos, sino para realmente hacer un presupuesto que tenga como único objetivo el gasto público a favor de las mayorías.
Veremos si los diputados de MORENA tienen la capacidad de hacer modificaciones sustanciales y no de intereses a la iniciativa del Ejecutivo. Si son capaces de reconocer que tal vez haya cuestiones interesantes en la propuesta original y respetarlas y no cambiarlas por el simple hecho de que vienen de un gobernador que no es de su partido.
Serán días de estira y afloje. Pero lo mejor que sean días de la construcción de una Ley que realmente cumpla su propósito generar las condiciones para que el gasto público sea a favor de las mayorías y el bien común.
En otros años las comparecencias de los funcionarios de la secretaría de finanzas parecían más bien pasarelas y no discusiones serias y de respeto al poder legislativo. Pues el partido que entonces contaba con mayoría se concretaba a escuchar las posturas y señalamientos y también observaciones de la oposición. Pero sin ningún efecto. A la hora de la votación, se rechazaba las observaciones a la LIEEM.
Las condiciones ahora son diferentes y ahora se verá realmente si hay voluntad de trabajar o de imponer. En las democracias modernas el consenso es una virtud.
Mucho se puede lograr. Todo depende de la capacidad del gobernador y sus interlocutores para negociar con el Legislativo ante una mayoría adversa.
Todo depende de la capacidad de construir consensos y sacar una ley en beneficio de los mexiquenses y no de los intereses partidistas.
Ya veremos.