Administraciones van y vienen, sin que los políticos que las integran atinen en aspectos tan sensibles como la ecología en una zona conurbada donde la industria afecta tanto principalmente al sistema lagunario e incluso al mar.
El caso es que las áreas oficiales dedicadas a la protección del medio ambiente son solo dependencias de relleno, con poco personal, escaso presupuesto, pero eso sí con funcionarios recomendados con nulo conocimiento de la labor que deben desempeñar. Es fácil advertir que ni siquiera sus sueldos están en paralelo a su experiencia, que no tienen casi siempre.
Se trata de departamentos que por más que hagan no representan popularidad para los políticos que están pensando mejor en aparecer en banderazos de obras chafa que a veces ni tan necesarias son para una generalidad, pero sí para los grupos que los respaldan cada que hay elecciones.
Cuando pocas veces desde el gobierno se atreven a hablar de los llamados pasivos ambientales, en sus palabras hay poca claridad pues mientras menos se entienda su descuido, menor es el acento del reclamo popular por el daño al que estamos expuestos todos quienes vivimos en esta región.
Que los basureros en desuso sigan en espera de ser remediados significa que los mantos freáticos permanezcan contaminados por los lixiviados y por ende el agua dulce que consumimos y hasta la que no es bebible en el Golfo de México.
Si se trata de la industria nadie es capaz de aplicar la ley para obligar que su operación no haga impacto contaminante en el aire, la tierra y en el agua de la que casi por regla están rodeados, al considerarlas males necesarios para la economía de la región, sin tomar en cuenta el riesgo por incidentes debido a los agentes químicos que manejan.
Pasivos como la reparación del cordón litoral, del que se habla desde hace muchos años por su acelerada erosión, constituyen una penosa desatención que pone en riesgo a miles de familias con simples mareas de tormenta que algún día llegarán.
Veremos pues qué planes tienen los gobiernos que entrarán en funciones en poco más de tres semanas, las que por cierto tendrán menos tiempo de lo habitual como autoridad y quizá ese sea el motivo para que las cosas sigan igual.
Sus comentarios los recibo con gusto en mi dirección electrónica eduardo.arias@milenio.com y en Twitter @EduardoAriasTV
Hasta la próxima.