Que llama la atención que de los 25 nombramientos que ayer extendió el alcalde, Román Alberto Cepeda, algunos previamente aprobados por el Cabildo, solo en tres casos corresponden a mujeres: Angelina Lydia García Ruenes, jefa del despacho de alcalde; Brenda Marcela Jiménez Escamilla, nueva directora de Egresos –y de quien casi nadie tiene referencias–, en lugar de Alejandro Garza, que pasa a Atención Ciudadana, y Martha Rodríguez Romero, ratificada como presidenta del Tribunal de Justicia Municipal. Faltan más nombramientos para niveles inferiores en los que se espera se tome en cuenta la equidad de género. Lo peor sería que se consolidara el Club de Tobi. ¿No hay mujeres capaces en Torreón?
Que si bien ya tenía un pie fuera, no tanto de la administración, sino de la Dirección de Obras Públicas, Juan Adolfo von Bertrab recibió la ratificación como responsable de esa delicada área, gracias a una mano misteriosa que movió las aguas en su favor. Y Cepeda González le da otra oportunidad a “Hansi”. Ojalá no la desperdicie.
Que entre los nombramientos pendientes destaca el de gerente general de Simas, donde parece que no abundarán las ratificaciones. Para ese puesto se menciona al encargado del Sistema Integral de Mantenimiento Vial, Roberto Escalante, que ha realizado una innovadora labor y Román Cepeda lo premiaría con una mayor responsabilidad. A ver si no le queda grande el saco.
Que ya son muchos los anotados para la alcaldía de Gómez Palacio. Desde ex boxeadores hasta ex alcaldesas. Los actuales legisladores también están distribuyendo propaganda en camiones, espectaculares y hasta pendones en viviendas de sectores populares. Es obvio que sin restricciones de las autoridades electorales esta vez todo mundo quiere salir en la foto, aunque sea para pedir una capillita.
Que ya empezaron los problemas en la Secretaría del Bienestar de Coahuila, luego que a cientos de trabajadores o siervos de la nación sin mayor explicación se les dio de baja desde ayer. Los trabajadores que ya tenían seis años laborando ignoran la razón del despido y se manifestaron a las afueras de la dependencia federal para exigir su finiquito. Cabe señalar que el despido se manejó como un tema de “aviadores” a los que se eliminó, pero los quejosos señalan que firmaban contrato cada tres meses, así que de aviadores, nada.
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