Que los socios del parque acuático Te-Pathé en Ixmiquilpan estuvieron de fiesta el fin de año por la inauguración de su nuevo hotel, evento al que acudió el secretario de Gobierno, Simón Vargas Aguilar y el secretario de Turismo, Eduardo Baños y Roberto Pedraza con los fundadores y miembros del Consejo Supremo Hñahñú, proyecto que brindará empleo, y hospedaje a miles de vacacionistas y que se suma a los proyectos de desarrollo económico del estado; el titular de Turismo anduvo muy movido en los últimos días del año supervisando centros vacacionales como las Grutas de Tolantongo.
Que al 49 aniversario luctuoso de Javier Rojo Gómez en Huichapan se dio cita parte de la clase política hidalguense quienes se reunieron para charlar sobre los tiempos que se avecinan con las elecciones municipales donde el corredor de aquella zona será una de las regiones más disputadas entre el PRI y la alianza de Morena-Verde. Al evento se dieron cita los familiares del ex gobernador, sus nietos Jorge y José Antonio, así como el secretario de Desarrollo Social del estado, Daniel Jiménez, y el ex diputado por Tula, Fernando Moctezuma.
Que el primer autodestape para Pachuca se dio con el empresario Joaquín Galván, quien anunció su adhesión a Movimiento Ciudadano para buscar ser el abanderado en la capital de los comicios del 7 de junio. No es la primera vez que Galván busca lanzarse en la política, y aunque después termina dimitiendo o desistiendo, parece que ahora ante la falta de cuadros y organización del partido naranja que intenta dirigir Pablo Gómez, no les quedará de otra que apostarle al desconocimiento de parte de la población para contar con algún porcentaje de votos.
Que ayer la calidad del aire para la zona metropolitana de Pachuca fue regular producto de la cantidad de pirotecnia que se usó la noche y madrugada del 31 de diciembre y 1 de enero, además a nivel regional se mantuvieron las acciones y las medidas de la Fase II de Contingencia Ambiental Atmosférica en las Zonas Metropolitanas por el Valle de Toluca y Santiago Tianguistenco, en el Estado de México. Los gobiernos municipales poco o nada hicieron para controlar la venta de explosivos.