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Lavarse las manos
Ni muerta se salva del juicio. Para la opinión pública bastan como prueba de culpabilidad tener cabello rubio, cuerpo curvilíneo y ropa de marca. Lavan las manos del feminicida. -
De caras y gestos
La inseguridad infunde un miedo aislante e individualista hasta que nos deja vulnerables. Se pierde la colectividad, y gana el sálvese quién pueda. Y al final, no nos salvamos nadie -
Solo pintura
Hice todo como debía hacerlo y ni así tuve justicia”. Estas fueron las palabras de Andrea, víctima de violación y violencia intrafamiliar, a la periodista Diana Barajas, de MILENIO -
Quince años… y sigue esperando
La esperada disculpa no llegó. Quince años han pasado desde la desaparición de Dalia y su esposo Luis Ramón. Años de omisiones, revictimización e indolencia… y contando -
Un martes cualquiera
Esa normalización de la violencia que se siente tan lejana hasta que nos toca a la ventana. Entonces enciende, indigna y duele. -
Hierba mala
Eso es lo que perpetúan mensajes como los del delantero de Chivas: las mujeres deben estar en casa y atender a los hombres. Y la desobediencia se paga hasta con la vida -
Vivir la ciudad
Resignados a no poder comprar una casa, solo nos queda exigir la regulación de las rentas para acceder a una vivienda digna -
Fábricas de bebés
Más allá de lo económico, la gestación subrogada representa un costo social y una nueva forma de explotación de las mujeres, utilizadas para la satisfacción de quienes pueden pagar un servicio de reproducción humana. -
Fascismo trumpista
La tierra de la libertad hoy está sumida en el fascismo trumpista. Los Ángeles vive un escenario anunciado.