Enfrentar una crisis como la de desapariciones en Jalisco no es posible sin la participación de quienes la padecen y han sufrido las consecuencias de años de negligencia y barbaridades como los trailers de la muerte.
Por eso es de reconocer que, por primera vez, los colectivos tienen un lugar en la mesa en la toma de decisiones en la estrategia, pero esta buena voluntad del gobierno de Pablo Lemus, que cada vez se separa más del estilo de su antecesor, bien podría ser utilizada como salida de emergencia.
Dar voz a los activistas para definir la estrategia y los titulares de la Fiscalía Especializada en Desapariciones, la Comisión de Búsqueda estatal, Atención a Víctimas y el Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses, es una acción inédita que permite a las víctimas manifestar sus preocupaciones, inconformidades y poner a prueba sus propuestas, y es justo ahí donde las autoridades pueden encontrar su escape en caso de resultar en otro plan fallido.
El miércoles fue el primer intento por llegar a acuerdos, y tras el retiro de Lemus del encuentro, el jefe de Gabinete, Alberto Esquer, se quedó como una especie de árbitro entre los representantes de colectivos que lanzaban acusaciones de favoritismo en el uso de la palabra y hasta infiltrados que no se habían aparecido en ninguna de las reuniones previas; y la sesión terminó con todos los funcionarios actuales, tres de manera interina y uno rectificado, en sus mismas sillas.
No basta con darles un voto y micrófono, debe garantizarse la atención y el acompañamiento que necesitan para continuar en la lucha por encontrar a quienes nos faltan; plantear protocolos claros y efectivos de búsqueda; y transparencia sobre los operativos y el manejo de las víctimas desde su hallazgo hasta la entrega a sus familiares.
Esta colaboración tan cercana con las autoridades es un acto de fe por parte de los colectivos en esta administración estatal, la cual ha demostrado tener la apertura para abordar la gravedad del tema, y por eso debe tener siempre presente la responsabilidad de cumplir con las expectativas de quienes hoy todavía buscan a sus desaparecidos.
