“No importa lo rápido que cruces
la línea de meta si estás corriendo
la carrera equivocada”
Richie Norton
Correr un maratón resulta una meta realmente ambiciosa y compleja de alcanzar. Su planeación y construcción puede llevar meses o incluso años. He podido correr poco más de 10 maratones a lo largo de mi vida y los cuento como triunfos y experiencias realmente formativas. Recuerdo especialmente las mañanas siguientes al día del maratón, tras una noche en la que -contrario a lo que pudiera pensarse- cuesta mucho trabajo conciliar el sueño; mañanas de ampollas, rozaduras, uñas caídas y dolores musculares en diferentes partes del cuerpo. Poco a poco, con el paso de las horas y los días, el cuerpo comienza a recuperarse hasta poder reiniciar los entrenamientos de manera normal.
Con este antecedente en mente, no logro imaginar con claridad, el enorme esfuerzo mental y físico que debe invertir un corredor para correr dos o más maratones en días consecutivos. Es decir, correr hoy 42 kilómetros y 195 metros, para repetirlo el día de mañana, y así, por varios días.
La gran corredora Kate Jayden, de 35 años de edad, nos regala una extraordinaria experiencia de la cual podemos tomar distintos aprendizajes. Nació en Inglaterra y corrió su primer maratón hace tan solo 11 años. Corredora amateur con un trabajo de tiempo completo, se ha dado tiempo (ojo aquellos que decimos que no tenemos tiempo para correr) para prepararse y conseguir un récord mundial.
En el presente año, Kate acumuló la friolera de 106 maratones concluidos en 106 días consecutivos para convertirse en la mujer que más maratones ha corrido de manera consecutiva. Por supuesto que la hazaña estuvo plagada de obstáculos, entre los cuales destaca una rodilla fracturada que se le diagnosticó en el maratón número 46, con la cual tuvo que lidiar las restantes 60 jornadas hasta construir su objetivo.
Por si fuera poco, el gran esfuerzo realizado generó una gran cantidad de recursos vía donaciones que serán canalizados como caridad para distintas acciones y tareas. ¿Se puede escribir historia y ayudar a los demás? Claro que se puede, Kate es el ejemplo.
Abastecimiento: Antonio Argüelles, el gran nadador mexicano de aguas abiertas, ha vuelto a escribir historia; el próximo fin de semana te lo cuento.
David E. León Romero