
Cuentan que un día se acercó a un cura una persona muy arrepentida para confesar que había difundido un chisme malévolo. El sacerdote le mandó a subir a la torre más alta del pueblo y sacrificar al cielo una almohada de plumas para que el viento las esparciera. Una vez que cumplió con esta extraña encomienda, volvió al confesionario y el clérigo le dio la siguiente instrucción: “Ahora ve y recoge una por una todas las plumas, hasta que puedas restituir todas a la almohada”. Azorada, la persona le dijo que eso era imposible, a lo que el que el buen hombre replicó: “Una vez que las calumnias salen de tu boca es imposible volver a recogerlas y evitar el daño que han hecho”. La intención de esta parábola es educar a los niños. Pero en la política pareciera que se ha incorporado como parte de un manual de guerra, porque se utilizan el rumor, los trascendidos y las filtraciones sabiendo que, una vez soltadas las plumas al aire, por más que los adversarios se defiendan será imposible recogerlas.
En el persistente asunto del fidesseg, se soltó recientemente un almohadón de plumas al aire. Primero se filtra a la prensa un documento emitido por la Auditoria Superior del Estado de Guanjuato (aseg), en el que se da cuenta de muchas supuestas irregularidades en el ejercicio de los recursos que gestionó el fideicomiso. Aunque el auditado es el fideicomiso, en realidad se dan nombre y se detallan innumerables asuntos “no solventados” por las osc. La aseg en ningún momento solicitó directamente lo que aparece en el informe a las osc ni les comunicó nada de forma que pudieran argumentar algo a su favor. La gran mayoría de irregularidades no tienen que ver con desvío de recursos, sino con comprobaciones que la administración del Fideicomiso no solicitó formalmente a las osc. Hay otras, como las que se reclaman a León Agradecido, en las que no se pone en duda que se hayan gastado los recursos en lo que se dijo que se iban a gastar, ni que hayan sido entregados a los beneficiarios, sino que se cuestiona que un ente privado haya comprado insumos para cuestiones de seguridad siendo que esta es una función exclusiva del estado.
Sacrificada la almohada, el efecto fue el esperado, las notas periodísticas se fueron a donde las corrientes del viento llevaban naturalmente las plumas: “desvío de recursos, opacidad, obras inconclusas”. La más aventurera, una youtubera sin mucha información ni responsabilidad: “se esfumaron los recursos del fidesseg”.
No es casual ni la forma ni el momento en que se sacrificó la almohada al viento. Todo entra dentro de la lucha política por el manejo de los nada despreciables recursos del fideicomiso. En esa lucha no importó llevarse entre las patas el prestigio de muchas osc, porque por muchas aclaraciones y desmentidos que se hagan, la dispersión de las plumas hace imposible recogerlas.
Me queda claro que lo que se ha esfumado no son los recursos del fidesseg sino lo poco que quedaba de decencia en la política.