El lunes estuvo en Puebla el presidente de la Liga MX, Mikel Arriola, en reunión con la directiva de ‘La Franja’ para revisar la agenda conjunta e internacional, así como avances de seguridad en estadios, competitividad deportiva y comercial. Al menos esa fue la versión oficial.
Lo cierto es que el otrora director del IMSS anda cabildeando con todos los clubes de la primera división, algunas de las propuestas que han surgido precisamente en las entrañas de la entente dueña del Puebla. Tres tópicos principales: la repesca se queda, la multipropiedad sigue y el ascenso/descenso no regresa jamás.
En pocas palabras, la visita se la pudo ahorrar “don pelotari”, pero había que cumplir con el protocolo y taparle el ojo al macho.
La emoción o preocupación de algunos aficionados al equipo camotero estuvo de más, por ahora Grupo Salinas no venderá al equipo y tampoco habrá un cambio de sede.
Si eso ocurre en algún momento, Arriola no tendrá mucho que ver en dicho cuento, él sólo recibe órdenes de los dueños del balón y opera.
Lo que sí le interesa a Mikel Arriola es saltar a la grande, ir por la presidencia de la Federación Mexicana de Futbol. Se ha ganado la confianza de propios y extraños, se siente capaz y listo para ocupar el cargo.
La carrera por la silla de la FMF tiene a la cabeza a Juan Carlos ‘La Bomba’ Rodríguez, quien incluso ya tiene un cuadro bien integrado por televisos de confianza, entre los que figura el comentarista Francisco Javier González, quien probablemente sería el director de comunicación.
La voz de Dios
Nada más democrático y genuino que el abucheo del público. Casi 70 mil aficionados reprendieron el lamentable espectáculo de la Selección Mexicana ante Jamaica en el Azteca, corolario de la ruina futbolística que arrastra el equipo desde hace mucho.
“La víctima” de la ira de la muchedumbre fue el hijo predilecto del sistema: Guillermo Ochoa. El portero de la Selección fue de lo poco que se salvó, pero también es el símbolo que el colectivo ha codificado como estandarte de una generación que fracasó.
Con más de la mitad del aforo “de gorrita café” los directivos de la selección pensaron que podrían contener al monstruo de mil cabezas, pero es tanta la animadversión, que el público iba predispuesto a cobrar la factura del mundial.
Los cuates de la provincia
A propósito de la muerte del polifacético pionero de la televisión mexicana, en su legendario programa había una sección intitulada “los cuates de la provincia”.
Ahora que la relación Selección Mexicana – afición del estadio Azteca se ha roto, y ante la inminente remodelación que vivirá el coloso capitalino, bien valdría la pena que comiencen a mover “al equipo de todos” y que juegue algunos partidos con los cuates de la provincia.
Se supone que es la Selección Mexicana, no la selección de la capital del país o de Televisa.