Política

Celac vs. Trump

  • Mirada Latinoamericana
  • Celac vs. Trump
  • Daniela Pacheco

Honduras es por estos días la sede de la IX Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), y precisamente hoy tendrá lugar la reunión de mandatarios y mandatarios, en medio de un clima de preocupación generalizada respecto a las medidas arancelarias del Gobierno de Trump, que alcanzaron a toda la región con un 10% —a excepción de Venezuela y Nicaragua, cuyos porcentajes son mayores—, y a las cuestionadas e indignas deportaciones masivas.

De los 33 países miembros, once mandatarios han confirmado su asistencia. Xiomara Castro, presidenta de Honduras y presidenta pro tempore de la Celac; así como Claudia Sheinbaum, Gustavo Petro, Lula Da Silva, Miguel Díaz-Canel, Luis Arce, Bernardo Arévalo y el recién asumido presidente de Uruguay, Yamandú Orsi son algunos de los asistentes. Entre quienes declinaron la invitación se encuentran Javier Milei, Daniel Noboa y Nayib Bukele, los principales defensores y aplaudidores de Trump.

La Celac es el único organismo que reúne a todos los países de América Latina y el Caribe sin la presencia de potencias extrarregionales, permitiendo discutir temas con mayor autonomía y en clave latinoamericanista. La Celac estuvo casi inactiva entre 2017 y 2020, pero México la reactivó durante su presidencia pro tempore en 2021, luego Argentina en 2022, y Honduras en 2024.

Sin embargo, a pesar de algunos aciertos, los desafíos y pendientes son múltiples, especialmente, si se tiene en cuenta que nació como respuesta a la crisis de legitimidad de la Organización de Estados Americanos (OEA) —vigente hasta hoy—, y como continuación de una tradición integradora que viene desde Bolívar. En ausencia de una secretaría técnica permanente, de un presupuesto fijo y de una estructura técnica consolidada, la Celac depende de la voluntad política de quien ostente la presidencia pro tempore. Ni qué decir de poder enfrentar como bloque crisis comunes como la pandemia del COVID-19 o asumir posiciones políticas conjuntas respecto al injerencismo.

La Celac, más que una institución robusta, es hoy un espacio diplomático simbólico y estratégico, que refleja tanto los deseos de integración como los obstáculos estructurales que enfrentamos como región; la fragmentación política, la dependencia económica y la débil institucionalidad limitan su potencial.

"Creo que es un momento importante para hablar también de la unidad de América Latina y el Caribe. No solamente con los presidentes y las presidentas que venimos de un movimiento progresista, sino por la importancia de ampliar la relación de América Latina y el Caribe. Somos una región con un potencial enorme, con una cultura muy cercana", fueron las palabras de la presidenta Claudia Sheinbaum, al referirse a la cumbre.

Para convertirse en herramienta política eficaz, la Celac necesita superar su fragilidad institucional. No puede seguir dependiendo del entusiasmo pasajero (cuando lo hay) del país que ostente la presidencia pro tempore o del calor del momento que normalmente acompaña a las cumbres. Urge una estructura técnica permanente, con presupuesto propio, mecanismos de seguimiento, y capacidad operativa. Tampoco basta con reuniones diplomáticas si no se construyen instrumentos concretos como un banco regional de desarrollo o una agenda migratoria latinoamericana, entre otros muchos ejemplos posibles y necesarios.

Y sin embargo, a pesar de todo eso, la Celac sigue siendo el único espacio donde esa promesa de integración puede hacerse posible. Es una plataforma con potencial para que América Latina y el Caribe piensen su destino en común, especialmente, frente a las disputas geopolíticas de hoy que, separados, nos ponen en mayor desventaja y vulnerabilidad.

El presidente colombiano, Gustavo Petro, recibirá la presidencia de la Celac con el entusiasmo latinoamericano que lo caracteriza, y aseguró que priorizará la “interconexión eléctrica de todas las Américas con energías limpias". En palabras del propio mandatario, “si no nos quieren en el norte, el sur debe unirse”, pero de verdad, interpelando a los gobiernos desde los pueblos para el cumplimiento de sus compromisos, y haciendo suya la agenda de integración.


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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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