Será en enero de 2026 cuando la Comisión Presidencial para la Reforma Electoral deberá entregar sus conclusiones a la Presidente de la República, lo que, de inicio, ya implica que no se realizará una consulta pública y amplia sobre la reforma electoral como se ha mencionado.
Lo anterior queda claro desde el hecho de que, en la misma página web del Gobierno de México (https://www.gob.mx/presidencia/prensa/en-octubre-comienzan-consultas-foros-y-mesas-de-discusion-sobre-reforma-electoral), se informa de que los foros y mesas de trabajo iniciarán en octubre de este año; siendo así, hablamos de apenas tres meses de discusión de un tema que es de la mayor relevancia para los mexicanos.
Asimismo, se anuncian 14 temas a abordar, dentro de los que encontramos las libertades políticas, la representación del pueblo, el sistema de partidos, la efectividad del sufragio y la libertad de difusión de opiniones, informaciones e ideas que, a mi parecer, más allá de ser temas netamente electorales, son temas que tienen un contenido constitucional, de derechos humanos y de integración del sistema de pesos y contrapesos del estado mexicano que deben abordarse con un enfoque mucho más amplio que el que se vislumbra en este momento.
Pensemos por un momento en el tema de la libertad de difusión de opiniones, informaciones e ideas de todas las personas en México; aquí, el problema es que todos tenemos dicha libertad siempre y cuando dichas ideas, opiniones e informaciones sean lícitas y, con el antecedente que hoy tenemos de censura a toda critica al gobierno y al partido gobernante, no es difícil pensar en que posiblemente se intentará callar a todas las voces críticas al gobierno mediante un cambio de legislación.
Es un despropósito pensar que realmente se escucharán todas las voces, no basta con que se diga que se abrirán foros y mesas de trabajo cuando, desde ya, se descalifica en las mañaneras, y en todo espacio, a las posibles voces de la oposición, sin duda el dicho de que todos serán escuchados quedará en eso únicamente. Es alarmante que la propuesta no surge del Poder Legislativo. Desde 1976 las grandes reformas electorales y del estado han tenido su origen en el Legislativo por petición o presión de la oposición, y hoy, la propuesta surge en el seno del Poder Ejecutivo sin considerar al Legislativo, poniendo por pretexto hacer cumplir la voluntad del pueblo y como ejemplo la fracasada elección Judicial. En próximas entregas seguiré planteando los problemas de esta mal llamada reforma electoral.