El pasado 1 de septiembre, antes de entregar el Informe del estado que guarda la federación conforme al artículo 69 de nuestra Constitución, la Presidente Sheinbaum dio un mensaje a manera de informe en lugar de la mañanera que, por increíble que parezca, duró menos el discurso del informe, que sus ruedas de prensa.
El viernes 5, acudí a la réplica del mencionado informe que dio en Guanajuato, limitándose a señalar el número de apoyos que se entregaron en el estado, correspondientes a sus programas sociales, presumiendo la entrega directa sin intermediarios. Lo que no dijo fue si tuvieron un impacto real en la mejora de las condiciones de vida de las familias mexicanas.
De la casi media hora que duró el evento, la mitad del tiempo la destinó a emitir su mensaje político en contra de un pasado ya no tan reciente, asegurando que antes no había programas sociales, siendo que la Constitución, desde 1917, sentó las bases al incluir derechos sociales como salud, educación y protección laboral, y que en las décadas que le siguieron, se fueron formalizando con una Secretaría de Educación, un departamento de salubridad y el IMSS que en 1943 marca el inicio de programas sociales organizados y permanentes para trabajadores, por mencionar unos ejemplos. En la década de los 80 y hasta la fecha, los programas sociales se fueron focalizando bajo la premisa de reducir la pobreza, y apoyar la salud y la educación principalmente.
Después de su falsa aseveración, lanza la pregunta sobre a dónde se iba, entonces, el dinero de los mexicanos, y encumbra el presupuesto de este año de 850 mil millones de pesos a programas sociales en transferencias directas sin evaluación de impacto. La respuesta es evidente:
Cientos de miles de millones de pesos se destinaba a hospitales, medicinas y al mejor sistema de vacunación a nivel mundial. Había un Seguro Popular que atendía a esos 44 millones de personas que se quedaron sin acceso a servicios de salud. Había refugios para mujeres violentadas, estancias infantiles para que las mujeres salieran a trabajar, fondos para atender enfermedades como el cáncer. Se buscaba el fortalecimiento de las policías municipales, la atención por desastres naturales y las escuelas de tiempo completo. También iban al fomento de la investigación científica, la innovación y la cultura. Señaló algunas acciones que aún no se han realizado, pero que le gustaría realizar. Ya veremos en el presupuesto del 2026 si hay un compromiso real con México y Guanajuato, o es pura propaganda.