El pasado jueves 21 de octubre la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y el Senado suscribieron un convenio que establece las bases generales de colaboración técnica entre ambas instituciones para participar en programas, proyectos, actividades, investigaciones, difusión e intercambio de información en materia de salud, susceptibles de mejorar la salud y el bienestar a través de iniciativas legislativas.
Durante mi participación pude manifestar la oportunidad histórica que tiene el Senado en materia de control de tabaco, ya que está en sus manos la posibilidad de aprobar la minuta con el proyecto de enmienda a la Ley General para el Control del Tabaco que la Cámara de Diputados aprobó el pasado 28 de abril (sin un solo voto en contra) y lograr con esto que México sea jurídicamente un país ciento por ciento libre de humo de tabaco y emisiones, y que prohíba cualquier forma de publicidad, promoción y patrocinio de tabaco, ambas medidas en consistencia con el Convenio Marco para el Control del Tabaco (CMCT) de la OMS.
Esta iniciativa es aun más relevante en el contexto de la pandemia de covid-19, ya que hoy sabemos que quienes padecen cáncer, enfermedad pulmonar crónica (EPOC), cardiopatías, hipertensión, diabetes y otros padecimientos se encuentran también en mayor riesgo de sufrir complicaciones graves si contraen el virus. Esta relación entre una enfermedad infecciosa y enfermedades no transmisibles que comparten el tabaco como factor de riesgo es altamente letal. La pandemia no eliminó la necesidad de aprobar estas medidas de control de tabaco, por el contrario, la reforzó.
Diez años atrás, México fue pionero en la ratificación del CMCT en la región de las Américas; sin embargo, a la fecha el país aún no implementa ciento por ciento medidas claves de dicho convenio, mostrando un rezago frente al avance de otras naciones. Un claro ejemplo de este estancamiento es que la prevalencia del consumo de tabaco diario disminuyó de 13.5 por ciento a 7.7 por ciento entre los años 2002 y 2009, pero luego se ha mantenido prácticamente constante hasta hoy. Asimismo, en la actualidad mueren en México poco más de 63 mil personas al año por causas atribuibles al tabaquismo y la exposición al humo de tabaco, lo que representa 10 por ciento de todas las muertes en el país, la mayoría de ellas por enfermedades cardiovasculares (infarto agudo de miocardio y accidentes cerebrovasculares), respiratorias (EPOC y neumonías) y cáncer (principalmente de pulmón).
¿Por qué son tan importantes estas medidas? Porque tanto la protección contra la exposición al humo de tabaco en todos los lugares de trabajo interiores, lugares públicos cerrados y transporte público, como la prohibición de toda forma de publicidad, promoción y patrocinio de los productos de tabaco, son intervenciones de política pública basadas en evidencia científica, consideradas “mejores inversiones” o “best buys” que contribuyen de manera directa y contundente a alcanzar mayor salud y bienestar y, con eso, avanzar también de forma decidida hacia los objetivos de desarrollo sostenible.
Si bien el país ha hecho esfuerzos para la implementación de estas medidas, éstos han sido hasta ahora parciales. Por ejemplo, varias entidades federativas son ciento por ciento libres de humo de tabaco, empezando por Ciudad de México (una de las metrópolis más pobladas del mundo). Sin embargo, la actual ley nacional —que se pretende enmendar— sigue permitiendo que se fume en al menos una tercera parte de los espacios interiores y cerrados en lugares públicos y de trabajo. Esta situación es totalmente contraria a la evidencia científica, que señala que no existe un nivel seguro de exposición al humo de tabaco, por lo que es necesaria una legislación que proteja completamente a las personas contra la exposición al humo de tabaco en lugares públicos cerrados, todos los de trabajo interiores y todos los medios de transporte público, como lo establece el CMCT.
De aprobarse la enmienda a la ley en cuestión, México dará un salto muy importante y volverá a posicionarse entre los países que implementan medidas efectivas de control del tabaco en la región, convirtiéndose en el vigésimo cuarto país de las Américas en ser ciento por ciento libre de humo de tabaco y el noveno en prohibir totalmente la publicidad, promoción y patrocinio de éste. Asimismo, esta iniciativa legal permitiría que el país avance de forma más decidida hacia las metas establecidas en otros mandatos internacionales de las agendas de control del tabaco y de desarrollo sostenible.
Desde la OPS manifestamos nuestro apoyo para que el país pueda dar este paso histórico. Principalmente, alentamos a que el Senado dé continuidad al trabajo colegiado que la Cámara de Diputados envió, y apruebe pronto este dictamen para así poder finalmente saldar estos pendientes históricos con invaluables beneficios, no solo para la salud de todos quienes vivimos en México, sino también para avanzar en el desarrollo y crecimiento económico del país y en la agenda 2030 de los objetivos de desarrollo sostenible.
En este contexto, la OPS seguirá prestando su apoyo fundamental para promover la salud, el bienestar y el desarrollo humano sostenible del país. Juntos podemos reducir los riesgos de la epidemia de tabaquismo y contribuir a mitigar el dolor, el sufrimiento y las afectaciones económicas, tanto para los hogares como para el sistema de salud, que producen las enfermedades que tienen al tabaco como factor de riesgo, incluido el covid-19.
Cristian Morales Fuhrimann
* Representante de la OPS/OMS en México.