Las Mañaneras no le gustan a la presidenta Claudia Sheinbaum.
O al menos eso es lo que proyecta cada día más, cada día es más notorio. Sus respuestas son cada vez más cortantes, con menos jiribilla, menos creativas y más apegadas “script” que se evidencia en sus salidas recurrentes y repetitivas.
En sus presentaciones matutinas es permanente su gesto adusto, serio y muchas veces de molestia, a diferencia de Andrés Manuel López Obrador que salía a escena lanzando chistes e indirectas para alinear al auditorio a su humor.
En las últimas semanas el resultado de cada mañanera, lo que trasciende más, son las respuestas agrias, las evasivas o la confrontación a algunos reporteros -de verdad- que logran pasar los filtros que les imponen para acceder al salón de Tesorería en Palacio Nacional.
La agenda oficiosa que pretenden marcar cada mañana es cada vez menos llamativa para las redes sociales y muchos medios de comunicación no alineados. Cada vez son más trascendentes los temas adversos al régimen: desde la cancelación de vuelos al Aeropuerto Felipe Ángeles, la vinculación de personajes morenistas con cárteles de la droga, los excesos de legisladores y políticos guindas, el enriquecimiento del hermano del ex presidente López Obrador y de los hijos de éste; los bloqueos campesinos en diversas regiones del país, el lento, pero gradual acercamiento de fuerzas militares de Estados Unidos a territorio nacional, la cancelación de visas a autoridades de la 4T, el amago de aranceles a productos mexicanos, las masacres y violencia del país y muchos temas más que -se nota- no le agradan a la presidenta.
Lo que fue un espacio estelar para que se luciera el presidente, para que posicionara la agenda gubernamental y que desarmara cuestionamientos ahora es la caja de resonancia que hace de las críticas una marejada de escándalos al ser la presidenta quien escala la dimensión de los señalamientos.
Apenas el jueves la presidenta defendió la permanencia de las mañaneras sin admitir errores que le restan efectividad.
La falta de pericia ha vuelto desfavorables para el régimen las conferencias mañaneras que muestran un desgaste prematuro en apenas un año. ¿Usted las ve…y les cree?