Los personajes femeninos en la obra literaria de Gabriel García Márquez son fundamentales. Son mujeres de muchos matices.
Inolvidable: Úrsula Iguarán (Cien años de soledad), personaje fundamental, motivo de reflexiones y disertaciones: desde literarios y psicológicos, hasta los estudios sociológicos y de género, hoy tan actuales y necesarios.
O Ángela Vicario (Crónica de una muerte anunciada) y su destino adverso. En YouTube se puede encontrar la adaptación cinematográfica dirigida por Francesco Rosi, donde vimos a una hermosísima Ángela, interpretada por la actriz Ornella Muti; a Bayardo San Román por el actor británico Rupert Everett y Anthony Delon (hijo del ícono francés) en el papel de Santiago Nasar. La cinta fue presentada en el Festival de Cannes en 1987 e incluyó a los actores Gian Maria Volonté, Alain Cuny, Lucía Bosé e Irene Papas.
Mención aparte, la diosa coronada Fermina Daza, de El amor en los tiempos del cólera. Esta novela cuyo motivo literario supone el triunfo del amor a través de Florentino, un antihéroe que tras esperar medio siglo alcanza el objeto del deseo. Fermina es una mujer estoica, aguerrida, inteligente. La novela se ha convertido en una de las preferidas de las nuevas generaciones. Pero erróneamente la refieren en el habla o citada como “Cólera”.
“— Sólo Dios sabe cuánto te quise”. Le susurra antes de morir el doctor Juvenal Urbino de la Calle a Fermina Daza. (De GG. Márquez siempre será mi novela preferida).
Sin omitir a dos personajes femeninos con historias inquietantes, perturbadoras y, permítanme el adjetivo, brutales.
María de la Luz Cervantes en el relato “Sólo vine a llamar por teléfono” (Doce cuentos peregrinos), que por diversas vicisitudes llega a un hospital psiquiátrico donde, de tanto insistir en su necesidad de hablar vía telefónica con su marido para que la vaya a encontrar, la confunden con una enferma mental.
María queda hundida en el abandono y olvido por años en el infernal internamiento. Este relato inquietante fue llevado a la pantalla por el director Jaime Humberto Hermosillo, con el título de “María de mi corazón” (1979), la película ocupa el número 53 del ranking de las cien mejores cintas mexicanas.
La segunda es la protagonista de La increíble y triste historia de la cándida Eréndira y su abuela desalmada. Una historia estremecedora, inhumana y dramáticamente vigente: “Eréndira estaba bañando a la abuela cuando empezó el viento de su desgracia”.