La justicia estadunidense en una sala de juicios no es como después se cuenta en películas y series, donde todo se resume en algunos momentos clave arreglados en un arco dramático que entretenga hasta el final.
El proceso iniciado ayer con la selección del jurado podría durar hasta ocho semanas llenas de momentos en que los procedimientos administrativos/judiciales, las discusiones entre defensa y fiscalía y peticiones al juez, y las interrupciones de testimonios sean más que la sustancia que aquello que quieren probar los acusadores para obtener la sentencia de culpable contra el ex secretario de Seguridad Pública federal mexicano.
Y de las partes que importen tendremos reseñas mañaneras desde Palacio Nacional.
Una parte de lo que sucederá en estas semanas lo tenemos bastante anunciado: un puñado, algunos dicen que hasta una docena, de delincuentes mexicanos convictos en Estados Unidos subirán al estrado a decir cómo le pagaron millones y millones a García Luna para que los dejara operar o combatiera con más rigor a las organizaciones rivales. Lo que no tenemos claro es qué más trae bajo la manga la fiscalía y ni siquiera si trae mucho bajo la manga.
Recordemos que fue esa misma oficina la que acusó al general Salvador Cienfuegos con un expediente que más tarde el gobierno de México hizo público y calificó de inservible, porque, nos dijeron, no probaba nada.
Hoy pienso, sin embargo, que a menos que la defensa de García Luna tenga un as bajo la manga que se convierta en una bomba informativa, el ex secretario de Seguridad será declarado culpable.
Las narrativas de los juicios dependen mayormente de las fiscalías. Son ellas que saben cómo convencer a 12 neoyorquinos que hasta ayer vivían su vida cotidiana alejados de México y su tragedia —además que para ser seleccionados tienen que ignorar de lo que van a escuchar—. Y sí, oirán de delincuentes sentenciados las historias de corrupción, pero a eso sí están acostumbrados gracias a la tele y otros juicios famosos.
El porcentaje de sentencias de “culpable” en los juicios federales en Estados Unidos está arriba de 80 por ciento.
Ésta sería una más, los 12 neoyorquinos regresarán a sus vidas y contarán de los corruptos mexicanos en el bar.
Pero esa sentencia será un golpe brutal para el ex presidente que más odia López Obrador. Y las mañaneras y las campañas se llenarán de eso por muchos meses más que los que dure el juicio.
@puigcarlos