Donald Trump ha sido declarado culpable de todos los cargos en su contra en el primero de varios procesos judiciales iniciados contra él por una variedad de conductas.
Aun así Trump, el trumpismo, es la fuerza política que ya marca la narrativa de varios aspectos de la política estadunidense en este tiempo de campañas rumbo a las elecciones de noviembre y su mayor tema es la migración.
El día en que fue declarado culpable por el jurado, en su encuentro posterior con la prensa, Trump dedicó más tiempo a hablar de migración —con las aberrantes mentiras de siempre— que de su caso y su culpabilidad.
Los juicios contra Trump han logrado mantenerlo en los medios, permitirle convertirse en una víctima, solidificar su base de seguidores y, más importante, jalar a los demócratas hacia su lado en el asunto migratorio.
Son tiempos de campaña y cada vez más demócratas en el Capitolio y el propio Biden se han acercado a posiciones que eran típicamente republicanas y de las que luego se apropió el ex presidente Trump.
Ya habíamos tenido signos de este cambio en Biden y los demócratas en los últimos meses. En ese sentido, el de mayores restricciones, venía el acuerdo bipartidista apoyado por Biden negociado en secreto varios meses y que al final el trumpismo en el congreso aplastó.
Pero las cosas no quedaron ahí. Una parte de aquel acuerdo ayer se hizo realidad mediante una orden ejecutiva de Joseph Biden. Decisión bastante trumpista en relación con la migración. El decreto le permite cerrar la frontera temporalmente cuando el número de migrantes supere los 2 mil 500 por día, suspendiendo medidas de protección para aquellos que piden asilo. Los números diarios ya superan ese número, lo que significaría que la decisión entraría en vigor de inmediato. Además, cualquiera que sea atrapado durante dicha suspensión tendrá prohibida la entrada a Estados Unidos por cualquier razón por cinco años.
Sí. Esto no lo firmó Trump.
Ya veremos si Biden y los demócratas pueden atraer votantes y no perder otros acercándose tímidamente a las ideas trumpistas. Porque me cuesta entender la lógica de querer ser trumpistas, ya hay uno de esos y es insuperable.
Y, por supuesto, ya veremos qué hace el gobierno de López Obrador en estos meses y, sobretodo, qué estará pensando hacer la próxima presidenta de México. No estará sencillo ese asunto.