El porvenir de los estudiantes del CIDE está amenazado”, dijo el historiador Jean Meyer, mientras participaba en una manifestación con la comunidad cideíta ante el CONACYT; tiene razón. Son ya tres años de restricciones administrativas y recortes presupuestales. Un debilitamiento paulatino pero sistemático, que ocasionó la renuncia del ex director, López Ayllón, y la imposición de uno nuevo afín a la visión de la 4T.
¿De qué se acusa al CIDE? Neoliberalismo, elitismo, desconocimiento de la realidad mexicana y de que 50% de sus profesores hayan estudiado en el extranjero. Así lo manifestó el director interino, Romero Tellaeche, a los estudiantes, quienes le recordaron su doctorado en la Universidad de Texas; pero “él es diferente”, argumentó. Por cierto, 55% de los secretarios de Estado también estudiaron en el extranjero. ¿Se manifestarán al respecto?
El desmantelamiento del CIDE debe encender las alarmas en todas las instituciones de educación superior del país, no es un hecho aislado. En juego está la libertad académica, la Universidad moderna, al pensamiento global.
El peligro de los nacionalismos para las universidades es real. En EEUU Trump prohibió la participación de investigadores y estudiantes chinos en algunas áreas científicas. En la Hungría de Orban las universidades solo discuten los cursos autorizados por su gobierno. Bolsonaro ataca constantemente a las universidades brasileñas por considerarlas comunistas. El nacionalismo universitario es adoctrinamiento.
La construcción del conocimiento es libre, es colaborativa, es global. Como lo afirma la historiadora Emily Levine “en la larga historia de los descubrimientos científicos, la tendencia reciente hacia los nacionalismos es una aberración. Participar en el desarrollo científico implica estar dispuestos a abrir las fronteras a socios internacionales, incluidos potenciales rivales” (https://cutt.ly/STCWl7p).
El CIDE no es perfecto, ninguna universidad lo es, pero si en algo destaca es en el pensamiento crítico. Quienes lo conocen saben que se discute y cuestiona todos los días, confrontando argumentos basados en evidencia. Defendamos al CIDE.
Colaboró Diego Cedillo, egresado del CIDE.
Iván Moreno
carlosivanmoreno.wordpress.com