La educación superior a nivel global está en crisis. La pandemia vino a agravar los problemas, pero también se aceleran soluciones en algunos países. El caso de Estados Unidos es ilustrativo y puede ser paradigmático. El escenario financiero en ese país amenaza su sistema universitario, baluarte de su desarrollo.
Los problemas de la educación superior son estructurales. Desde 1980 la inflación de las colegiaturas ha sido 5 veces mayor al Índice de Precios al Consumo (1,184% versus 228%). La deuda estudiantil representa 7.3% del PIB, siendo la segunda más grande sólo detrás de lahipotecaria. En promedio, un egresado de universidad norteamericana tiene una deuda de 37 mil dls (unos 750 mil pesos).
En parámetros estadounidenses las propuestas del presidente electo, Joe Biden, suenan revolucionarias; ¡le han llamado comunista! Empero, más bien se aleja del neoliberalismo y buscará que la universidad sea gratuita para muchos estudiantes de bajos recursos (aquellos cuyos ingresos familiares sean menores a $125 mil dls anuales). Planteó también proporcionar dos años de community college y programas de capacitación sin costo, a cualquier trabajador que busque mejorar sus habilidades.
Respecto a la deuda estudiantil, Biden pondrá sobre la mesa una serie de mecanismos para aliviar la carga. En algunos casos, propone condonar la deuda al 100% a aquellos que hayan cumplido con los pagos en un plazo de 20 años.
Por otro lado, las personas que ganen menos de $25 mil dólares no habrán de cubrir pago alguno de los préstamos federales; y los servidores públicos recibirán $10 mil dólares de alivio por cada año de servicio nacional o comunitario. También los dreamers serían beneficiados, al quedar garantizada su elegibilidad para préstamos y beneficios federales para estudios universitarios.
Está por verse si en el Congreso se logran los acuerdos, pero la administración Biden-Harris llega con una ambiciosa agenda social que podría ser el inicio de un New Deal educativo; pasando, eso sí, por una reforma fiscal.
La urgente reconstrucción pro-universitaria y pro-ciencia está tomando forma en el país más poderoso del mundo. Ojalá venga un efecto dominó.