La carrera por el 23 y el 24 ya comenzó, apenas nos estamos acomodando con los resultados del pasado 5 de junio y ya de nueva cuenta tenemos que estar al pendiente de lo que nos depara el ambiente electoral en los años que vienen.
El estado de Durango se volvió un referente nacional para el experimento aliancista conformado por PRI, PAN y PRD.
Con los pronósticos en contra y los dados totalmente cargados a favor de la candidata de la coalición Juntos haremos Historia, cuyo partido ancla definitivamente es Morena, la Alianza se fue abriendo paso con propuestas y trabajo hasta lograr darle la voltereta a las preferencias ciudadanas y vencer por un amplísimo margen a Morena y sus aliados.
Qué mensaje deja esta elección, el más claro y contundente es que a Morena se le puede ganar.
No es, ni será sencillo, por el contrario, el mapa electoral de nuestro país se encuentra pintado casi todo de guinda lo que de inicio inclinará la balanza en su favor, sin embrago, amén del discurso triunfalista que prevalece en Morena, la situación no es la misma que hace cuatro años.
En estos momentos el desgaste natural de gobernar golpea fuertemente a su gran figura López Obrador, de la misma forma sus promesas incumplidas y sus desatinos están siendo más que evidentes, esto no quiere decir que esté perdiendo adeptos o que sus fieles estén cayendo, lo que está sucediendo es que están creciendo sus detractores, especialmente en ciertos círculos.
Otra característica que Morena sigue arrastrando son sus guerras internas.
Las tribus al interior del partido generan una lucha encarnizada por el poder y eso se tendrá que solucionar desde la dirigencia nacional, la cual también está siendo señalada por actos indebidos, traición y corrupción.
La prueba de fuego vendrá en el 2023, año en el que los bastiones priistas del Estado de México y Coahuila acudirán a las urnas a elegir gobernador.
Aunque esta elección parece pequeña, no lo es tal, están en juego dos territorios que el PRI jamás ha perdido, además de que el estado de México representa el padrón electoral más grande del país.
Un triunfo de la alianza en estos estados y reconfiguraría la percepción rumbo a la elección presidencial, es por eso que Durango representa esa bocanada de aire fresco que la oposición estaba buscando, es el primer gobierno de alianza que se gana y consolida y con su estrategia electoral ha dado muestras de qué se debe hacer y cómo se debe hacer.
Los pasos no son sencillos, en principio será necesario un cambio en las dirigencias nacionales, las cuales en estos momentos están muy vapuleadas, y después comenzar los diálogos con los diferentes partidos para encontrar un perfil, que por lo pronto no existe, para que los unifique y encamine a una contienda más cerrada.
Morena sin duda lleva la delantera, en días recientes realizó una convención en Toluca, donde se declararon listos para la contienda, mientras que en el banquillo de enfrente todavía no hay la seguridad de que al menos dos de sus dirigentes nacionales continúen al frente, las piezas se irán acomodando y más pronto que tarde estaremos de nueva cuenta en otro proceso electoral, que seguramente será decisivo para el 2024, ya veremos quién aprovecha mejor el tiempo, hagan sus apuestas.