Soy una visión distinta a Malintzin. Crecí en la cuenca del río Pantepec, entre Tochpan y Tabuco: tierra sembrada de pirámides. Soy algo nuevo pero más antiguo que la llegada de aquellos, montados en bestias. Me descubrieron agricultores de la región huasteca y se sorprendieron que no era una piedra enorme sino la escultura de mi efigie. Mi rostro no puede mentir: soy indígena, de los primeros pobladores de lo que hoy es México. “La Joven de Amajac”, me llaman...
Ya éramos mestizos cuando llegaron los hombres blancos. Casaban a las doncellas con herederos de otras regiones donde el idioma era diferente pero dulce en el hablar y cantar. Los nobles aprendimos lenguas, por cultura y linaje. Sabíamos unos de otros y respetábamos las razas pero no las guerras, por territorio. Imposible decir que no fuimos guerreros. Éramos bárbaros, sí, pero solo con el enemigo.
Había reglas de convivencia con emisarios de pueblos que venían por la dote de la boda. Aun nadie conoce mi ancestral historia y los antropólogos buscan vestigios de una historia que, como espejo enterrado empieza a dar luz para descifrar jeroglíficos. Desenterrada yo, sigue buscar en Tabuco y sus zonas aledañas parte de mi biografía y, de paso, nuestra conexión olmeca con los mayas, lo juro.
Pueden conocerme en el Museo Nacional de Antropología en la muestra “La grandeza de México”. No soy una diosa. No se sabe si fui una gobernante de mi pueblo, como la Reina Roja de Palenque. Fui noble, no hay duda por mis tocados y vestimenta, atuendos que me distinguen como una joven con educación, riqueza y cultura. Esta región de la cuenca del río Pantepec está muy cerca de Temapache, ahí donde los blancos edificaron una iglesia católica que juran fue la última que fundó Fray Junípero Serra.
Yo sigo imperturbable. Desde aquí vi llegar a los hombres barbados. Opusimos resistencia y quien sabe las razones pero mi tumba desapareció. Quitaron mi estatua y me enterraron lejos de mi lugar de descanso. Seguro para que no me destruyeran. Los dioses —mis dioses— me cobijaron. Por eso hoy soy símbolo femenino y estaré en Paseo de la Reforma contra la oposición de malinchistas que no quieren su pasado.
¿Cuándo harás libre a mi gente?
Braulio Peralta