Política

¡Felices fiestas!

Este año pasó tan rápido que a veces siento que no alcancé a despedirme de él. Hubo cambios, muchos. Algunos importantes, otros agotadores. Cambios que ocurrieron sin dar tiempo a entender nada mientras sucedían. Y entonces llega diciembre con su ruido, con su luz exagerada, con esa costumbre de pedir balances y sonrisas claras, como si una tuviera que saber exactamente qué siente a estas alturas.

La verdad es que no siempre lo sé.

Hay días en los que quiero estar con mi familia. Sentarme a la mesa, escuchar las historias repetidas, reírnos en los mismos momentos de siempre. Hay algo tranquilizador en lo conocido. Otros días, con la misma honestidad, lo único que quiero es silencio. Apagar el mundo un rato. Dormir. Descansar de todo. Ambas cosas conviven, aunque a veces finjamos que no.

Diciembre tiene esa doble cara: promete pausa y, al mismo tiempo, exige entusiasmo. Habla de recogimiento mientras nos empuja a celebrar. Como si hubiera una forma correcta de vivir estas fechas, una emoción adecuada, una imagen limpia de familia y alegría que todas deberíamos alcanzar.

Pero la vida no es así de ordenada. Hay mesas con sillas vacías. Hay conversaciones que ya no se dan. Hay abrazos que faltan. Y también hay risas inesperadas, reencuentros mínimos, momentos que no resuelven nada pero alivian. Todo ocurre al mismo tiempo. Negar una parte para sostener la postal perfecta no nos hace más felices; solo nos vuelve más rígidos.

Hace poco dudé antes de escribir un saludo. Pensé si decir “Feliz Navidad” o “Felices fiestas”. No por debate ni por postura, sino porque a veces el lenguaje pesa. Felices fiestas me sonó, de pronto, a algo más amplio. Un deseo que no empuja, que no exige, que no presupone nada del otro.

Empecé a fijarme en los saludos de la gente estos días: los rápidos, los torpes, los sinceros. Entonces entendí que cuando el deseo es real no necesita de mayores adornos. Basta decirlo con cuidado. Dejar el debido espacio. Permitir que el otro llegue como pueda.

Por eso quiero decirlo así, sin ruido y sin entusiasmo prestado:

!Felices fiestas¡.

Para quienes celebran, para quienes resisten, para quienes solo necesitan un poco de paz.


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Bertha Orozco
  • Bertha Orozco
  • Jueza de Distrito en el Estado de Hidalgo
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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