Acaba de fallecer a los 81 años un hombre culto y honesto. José Núñez fue director de la ENEP Acatlán de 1997 a 2000 y Presidente del Consejo General del IEEM de 2005 a 2008. Abogado de Profesión, se licenció en 1963 por la UNAM, con maestría en ciencias jurídicas y doctorado por la Universidad Panamericana. Entre sus actividades de servicio social, no remunerativas, José fue Presidente de Colonos de Hacienda de Echegaray y de Colonos Bosque de Echegaray; Secretario de la Unión de Colonos de Naucalpan; miembro del Patronato del Tribunal de Menores y Presidente de la Comisión de Honor del Consejo Universitario de la UNAM.
Un hombre alegre, con una sólida formación y sobre todo una persona de principios. Poseedor de una larga colección de anécdotas propias y de grandes personajes del México ido. Las sobre mesas con él se podían alargar placenteramente. Robaba la escena, recuerdo su sonrisa franca su notoria impronta hispana y una copa de Torres 10, su brandy preferido.
Conocí a José Núñez Castañeda en mayo del 2005. En un café en el centro de Coyoacán. Yo recién regresaba de Roma de los sepelios de Juan Pablo II, cubriendo el evento por CNN. Acabábamos de ser designados por el Congreso mexiquense nuevos consejeros en sustitución de aquel Consejo que se enlodó con el caso Cartonera Plástica. Junto con Gabriel Corona y Norberto López constituimos el primer y único consejo general con mayoría no priista. Tomamos posesión justo a 40 días de la elección en la que Enrique Peña Nieto resultó electo gobernador.
El mayor litigio pos electoral, entonces, fue el evidente rebase de gastos de campaña. Compra masiva de spots en radio y televisión y arreglos subterráneos con la prensa local. Fue un caso complejo, pues la empresa contratada para monitorear había “colapsado”. Por ello, no se podía comprobar el rebase a los topes de campaña pero tampoco que no los rebasó. Ese fue el dictamen del Consejo que provocó malestar en el círculo rojo mexiquense. Esa fue la señal por la que permanentemente nos acosaron con la complicidad de los propios partidos de una oposición inexistente.
El negocio de la política patentada por el profesor Carlos Hank González, reza que en política lo caro siempre sale barato. Con estupor de ciudadanos forasteros fuimos descubriendo las prácticas de corrupción electoral y el cinismo político de los partidos. José tuvo que soportar con tenacidad las presiones de la Secretaría de Gobierno y de los propios gobernadores. José Núñez tuvo que lidiar con directores incondicionales al sistema como Jorge Neyra y después el mañoso Juan Carlos Villareal.
Recuerdo una reunión donde Neyra con ira extrema le llamó Führer. Núñez tenía que fajarse y romper protocolos y delicadeza política. Finalmente José renuncia por pactos entre el gobierno del Estado y el PRD. Este retira sus propuestas y accede a un nuevo diseño institucional del IEEM elaborado por la Secretaría de Gobierno en 2008. Se le otorgaron demasiadas atribuciones al Secretario General como gran contrapeso profiláctico contra consejos rebeldes. Y de hecho así fue, desde hace más de una década Javier López Corral es el verdadero factor de poder en el IEEM. Como detalle se recuerda que el presidente del Consejo Jesús Castillo Sandoval bajaba a su oficina para acordar.
Después de una infructuosa reunión con Peña Nieto, José Núñez renuncia con la frente en alto. Por ello, los ex consejeros titulamos nuestro libro: El Infierno Electoral. El infierno sí existe y está en el Estado de México. Hace un par de semanas desayunamos varios de sus amigos. Todos notamos su deterioro físico. No así su espíritu crítico frente a la injusticia. Nos regaló parte de sus memorias que narran su paso por la ENEP y el IEEM. Su esposa y sus cuatro hijos le sobreviven, descanse en paz un luchador social.