Cultura

Café para el corazón

A primera hora de la mañana se logra escuchar el crujir de la tetera, en su interior el agua sufre los efectos del contacto con el calor. Después de alcanzar su máximo nivel antes del punto de ebullición, los vapores contenidos ocasionan que aquel armatoste comience a silbar, notificando que el agua posee la temperatura ideal para cumplir con su objetivo, preparar un aromático y energético café. Silvana apresura el paso, tropezando con la toalla, las chanclas y hasta con su bolso, todo sea por llegar a la cocina y vaciar el agua en la cafetera, verter café molido y, mientras aquello hace su labor, aprovechar para terminar de alistarse y llegar a tiempo al trabajo. A su salida, y con un termo lleno de café en la mano, escucha sutilmente la voz de su madre que dice: “te va a ser daño tomar tanto café”.

El consumo de café, para una buena parte de la población, representa la mejor manera de iniciar el día, tener una amena conversación y, en casos extremos, hasta terminar una larga jornada laboral. Sin embargo, dentro de la historia del café existen múltiples versiones en torno al daño que puede infligir al cuerpo humano, desde desórdenes del sueño hasta la mortalidad. Por tal motivo, el café es una de las bebidas más estudiadas de la historia, y aunque muchos de los resultados pueden tener contradicciones o poca relevancia, lo cierto es que estas pruebas demuestran que, a pesar de no ser la única bebida con cafeína, es un elemento primordial en la dieta del ser humano.

En términos generales la cafeína es el motivo de todo este embrollo, ya que es la encargada de alterar las condiciones del cuerpo humano, permitiéndole estimularlo, lo que ocasiona que nos dé vitalidad. Pero, de ser este el problema hoy en día contamos con café descafeinado, el cual no quiere decir que esté 100% libre de cafeína, sino que, en su estado inmaduro, es remojado en agua con extracto de café para sustraer parte de la cafeína, podemos decir que se sustituye la cafeína por un extracto libre de esta sustancia.

Aunque, si de lo que se trata es de beber café en toda la extensión de la palabra, nos inclinamos a que, de acuerdo con lo que nos presenta Bennett Weinberg y Bonnie Bealer, en su libro El mundo de la Cafeína, la correlación entre cafeína y problemas cardiovasculares no solo es poca, sino contraria a lo que se podría pensar. Esto debido a que el consumo constante de cafeína produce que el organismo humano cree una resistencia, lo que evitará altibajos en la presión arterial. Razón por la cual, cuando se tiene una animadversión al tomar café, o se deja de tomarlo por tiempos prolongados, es muy posible que ante una primera toma se presente en el organismo los efectos secundarios de la cafeína, como latidos intensos, sudoración de manos y nerviosismo. A menos que sea una indicación médica, este puede ser consumido 2 o 3 veces por semana. No vemos razón como para ignorar esta deliciosa invitación. 


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Benjamín Ramírez
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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