Cultura

El poder de la ignorancia

En sus Ensayos dice el sabio Montaigne: “La mayor locura que el humano entendimiento puede albergar es mediar la realidad conforme a nuestro entendimiento o inteligencia”. Los juicios más absolutistas, violentos y desorientados vienen de personas que asumen que su pobre inteligencia y cultura es suficiente para desmenuzar el mundo. Continua Montaigne: “Si llamamos monstruoso o milagroso a lo que nuestra razón es incapaz de concebir nos equivocamos lastimosamente”.

La equivocación se origina en los prejuicios, la ideología y el miedo. El poder impone sus ideas como parte de su fuerza, la versión del bien y del mal, lo correcto y lo incorrecto se somete a la subjetividad de quien dicta las leyes. No es una orientación moral, es parte del andamiaje que sostiene el aparato. En la Santa Inquisición quemaron científicos, doctores, y personas que profesaban religiones contrarias a la religión de Estado. Se iba a prisión por escribir o por leer un libro y ardieron hogueras de carne y papel.

Las revoluciones, y la imposición de un nuevo régimen han perseguido a las ideas como la principal amenaza, el poder teme a la fragilidad intangible de la palabra como si se tratara de un arma porque en realidad lo es. El proceso de manifestar algo y quedetone una reacción, ¿en qué limite algo es correcto o incorrecto? La reacción es el único parámetro, si alguien se ofende parece que eso es suficiente. Afirmar “la Tierra es redonda”, es evidente y esto ofende a un “Tierra planista”, creyente de que la Tierra es plana, entonces, al margen de lo evidente, el ofendido impone su sentimiento sobre la razón.

Lo evidente, lo comprobable, es inútil frente al caprichoso sentimiento motivado por la ignorancia o la ideología, la obviedad es evadible si el sentimentalismo se victimiza como humillado. Desde ese punto de partida, la razón queda acorralada por la ignorancia, el capricho o la ideología. La razón no tiene más voto y presencia, es omitida frente a la avalancha de distintos tipos de victimización. El gran giro es cuando el poder es víctima y se siente perseguido por las ideas distintas a su ideología. Juzga el todo desde su “entendimiento”.

Será necesario para la tranquilidad del poder, de las redes sociales, y de todo aquel que ponga sus caprichos por encima de la razón, que estandaricemos las ideas. Hacer un código de elogios y palabras afines a los tiempos actuales, un catálogo de lo que no se debe decir. Aclarado el camino, transitar por él con la tranquilidad de que nadie será puesto en evidencia por el arma funesta y sutil de la palabra. Consolidada la Revolución Francesa le otorgaron al maestro Jean-Baptiste-Pierre Lebrun la dirección del museo de las Tullerías, hoy el Louvre, le ordenaron quemar todas las pinturas que representaran al antiguo régimen, entre ellas las de Vermeer, porque eran contrarias a la visión estética de la nueva ideología. Lebrun se negó y las ocultó en las bodegas. Escribir, pintar, componer música, proverbiales amenazas del poder.


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Avelina Lésper
  • Avelina Lésper
  • Es crítica de arte. Su canal de YouTube es Avelina Lésper
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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