Política

La izquierda

La izquierda latinoamericana está en éxtasis. El triunfo aplastante de la doctora Claudia Sheinbaum en México representa para ellos dos fenómenos altamente simbólicos. Primero, lo ven como una bocanada de aire fresco en lo geopolítico y lo estratégico, ante el triunfo de Milei en Argentina. Segundo, que la economía hispanoparlante más grande del continente haya votado de manera inequívoca por Morena les significa una especie de reivindicación ideológica.

En toda esta euforia hay, sin embargo, un error de cálculo fundamental; una noticia que los viejos políticos latinoamericanos siempre supieron, pero que los nuevos y menos experimentados ignoran: la izquierda mexicana no es propiamente de izquierda. Entender esto es crucial para comprender la realidad política mexicana y sus implicaciones para el resto del continente.

El PRI, que gobernó a México durante más de 70 años, jamás fue de izquierda. De hecho, los partidos de izquierda revolucionaria como el PCM, e incluso los más moderados de corte marxista-leninsta, como el PSUM o el PPS, siempre estuvieron relegados a una modesta participación, que fue útil para mantener los equilibrios y la gobernabilidad. México, por lo tanto, nunca se ha alineado con la ortodoxia izquierdista de otras izquierdas latinoamericanas.

Por supuesto México tampoco es de derecha. Cuando el PRI se movió a la derecha, rápida y gradualmente perdió el apoyo popular y justamente fue esa orfandad la que Morena identificó y aprovechó para convertirse en la aplanadora electoral que atestiguamos en junio pasado.

Así, para la desilusión y desánimo de nuestros hermanos latinoamericanos, que ven en México una posible reedición de la Cuba de los años 60, como lo quiso hacer Chávez con Venezuela, el México del último siglo ha optado abrumadoramente por situarse políticamente apenas a la izquierda del centro en lo social y ligeramente a la derecha en lo económico; todo ello permeado por una fuerte intervención y dirección estatal. Dicho de manera sintética: al 70% de los mexicanos siempre les ha gustado y les sigue gustando tener un régimen progresista, liberal, benefactor y capitalista de Estado.

Por ello es que la victoria de Morena no es una señal ni de la consolidación de la izquierda en México ni una tendencia solidificadora de las izquierdas radicales latinoamericanas. En realidad, es una clara reafirmación del regreso de una identidad histórica hacia un centro amplio y pragmático, que busca mantener la estabilidad política y el desarrollo económico, bajo un régimen de justicia social progresista con tintes liberales, manejados firmemente desde el gobierno. Es el análisis marxista, leninista, capitalista, estatista, liberal y radical de tu Sala de Consejo semanal.

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Arnulfo Valdivia Machuca
  • Arnulfo Valdivia Machuca
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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