Invierto la reflexión de Dylan a su argumento; (ahora) la pregunta está en el viento: ¿Y dónde las mujeres compositoras? Pillando de los Beatles la respuesta, diría: “Here, there and everywhere”.
Efectivamente, aquí allá y en todas partes las encontramos haciendo y deshaciendo armonías en el entendido de aventurarse por linderos desconocidos, pero que sus manos terminarán por definir sobre formas de una claridad sonora que nos dejarán sorprendidos por todo cuanto representa su imaginación y creatividad.
En algún momento de la historia reciente algunas escritoras se preguntaron si existe una literatura femenina. No lo sé, como tampoco estoy cierto en reconocer una música feminista; todo ello a partir de controversias sobre la igualdad de género que en la actualidad han venido acrecentando en la opinión pública. (Cuando más, una literatura o una música femíneas son la paradoja a esta realidad). ¡Qué importa! Lo que atañe es el significado, lo que representa el trabajo creativo, para el caso, de mujeres compositoras. Y en México como en el resto del mundo se hacen presentes como nunca antes.
La nómina es amplia en su registro de generación tras generación; de estilos y tendencias tan diversas como naciones las vieron nacer; desde Clara Schumann (1819-1896), alemana, hasta la rusa Sofía Gubaidulina (1931). Por ahora quiero mencionar a manera de perspectiva una autora cuyo trabajo representa lo nuevo en concepto y dominio de la materia sonora.
Es el caso de Diana Syrse (Ciudad de México, 1984), quien a sus 35 años vierte su juventud en una música de oficio preciso en su escritura y de una dilatada inventiva. Como ejemplo los siguientes títulos: Pirámides sobre un paisaje urbano, para cuarteto de cuerdas e instrumentos prehispánicos (2013); Identidades conectadas, para orquesta de cámara, voces y sonidos electrónicos (2017); Spira Mirabilis, para coro mixto a capella (2017); partituras que muestran y demuestran dominio de estructuras en resonancia. Cabe señalar su estrecha colaboración con el mundo de la ópera, en el entredicho de su actividad como cantante, habiendo obtenido una especialización en composición para ópera y teatro en Munich, Alemania. Premios y reconocimientos a su trabajo artístico, además de un sinnúmero de participaciones en los principales festivales para la música contemporánea en el mundo le otorgan un buen historial.
Esta mínima referencia nos ubica de algún modo en el conocimiento de lo que están creando las jóvenes compositoras en algunas partes del mundo contemporáneo. Su música declara una postura estética incrustada en el arcano de la feminidad.