Secretaria de Cultura Jalisco ha retomado algunos asuntos concernientes a nuestra orquesta filarmónica, y con ello intentar poner orden en cuestiones administrativas como de contenido artístico que de tiempo atrás vienen desafinando con algunos bemoles los funcionarios de esta institución musical. Después de una reunión de trabajo con la actual secretaria de cultura es de suponer que dejaron en la agenda los diversos señalamientos que había que analizar y aclarar si en verdad se desea poner orden en labores internas que la Orquesta Filarmónica de Jalisco (OFJ) ha venido dejando con más interrogantes que aciertos en aspectos financieros. En cuanto a su postura artística, es decir, la cartelera regular en sus temporadas de conciertos, los músicos que la integran y la calidad como agrupación, habría que revisarlo de igual manera. Sólo agregaría un apartado más, y que estoy seguro no fue tratado en esta reunión de trabajo: la ausencia de compositores jaliscienses al momento de hacer la selección de obras para el repertorio de cada temporada, teniendo el antecedente en la postura que había tomado el actual director titular de la OFJ, Jesús Medina, cuando recién llegó a ocupar su puesto y anunció en su momento con buena disposición y mejores intenciones una reunión con músicos y compositores de la localidad para tomarlos en cuenta en la programación de la orquesta, sabiendo que nunca se dio tal reunión y mucho menos una actitud de apertura por escucharlos y tener participación en el aspecto artístico. Así las cosas, bien merece reconsiderar tal postura de las autoridades culturales, en general, para el trabajo que en lo particular ejercen músicos (intérpretes) y compositores que bien merecen ser parte de todo cuanto realizan la OFJ como máxima institución musical en nuestro Estado.
Sin menoscabo de lo que representa el repertorio de una orquesta con títulos de autores clásicos, románticos o contemporáneos del continente europeo, con aquellas partituras que ya se consideran legado histórico y artístico, es de esperar una postura de credibilidad y valoración a la obra realizada por los compositores nacidos o radicados en Jalisco, en el entredicho de saber lo que representa su trabajo creativo a convertirse en un producto cultural con la misma oportunidad de trascender tiempos y generaciones con miras a convertirse en una obra clásica en los anales de la historia. Sólo en la permanente resonancia de una partitura en salas de concierto es como se llegará a consolidar en el gusto del público, no hay otra forma en hacer presente un trabajo artístico que por medio de su difusión constante y sonante. “Sinfonía India” de Carlos Chávez, “Huapango” de José Pablo Moncayo, “Danzón No.2” de Arturo Márquez, entre otros clásicos de la música sinfónica en México, no mantienen supremacía en el gusto del público por una sola vez que fueron interpretadas, sino por ser parte del repertorio permanente de nuestras orquesta sinfónicas, y eso lo saben muy bien los funcionarios que están al frente de la OFJ; sólo hace falta que la secretaria de cultura, y sobre todo los funcionarios que están al frente del área de música de dicha institución, sepan lo que estoy aquí señalando, de lo contrario, seguiremos padeciendo el mismo retraso cultural con respecto a la producción musical de nuestros compositores jaliscienses; y dicho sea de paso, la reunión de trabajo antes mencionada de poco o nada servirá para este fin. Así las cosas, sólo se desea que de una vez por todas se cumpla un verdadero cambio en este sentido.
Antonio Navarro