Además de la serie de acontecimientos que preocupan y ocupan a los integrantes de la sociedad, como ganarse el sustento, conservar la salud, no ser asaltados o estafados, cuidarse de la inseguridad pública y otros temas, también le quiero recordar que hay un “proceso electoral” en curso, para elegir a jueces, magistrados y hasta ministros (y en medio de esta marea informativa, vino el fallecimiento del Papa Francisco).
Eso de elegir a los nuevos miembros del Poder Judicial, tanto estatal como federal, es un verdadero caos. La presidenta Sheinbaum no puede olvidarse de que, además de los miles de millones de pesos que costará este inútil proceso, tiene que gastar otros miles de millones de pesos, no cuantificados hasta ahora, porque la elección de los nuevos funcionarios judiciales significa, en automático, el despido de los que aún están en funciones, por lo que habrá que cubrir el importe de las liquidaciones e indemnizaciones para el personal que planea lanzar a la calle. A ver cómo sale del embrollo, porque violar los derechos de los trabajadores de ninguna manera es opción.
Con este proceso electoral te piden que votes por gente que no conoces; habrá como ochenta nombres en cada boleta, y se trata de gente que en la inmensa mayoría de los casos no verás nunca en la vida. Otro asunto a considerar es lo turbio en la forma en que se contarán los votos, por lo que no hay certeza de que tu voto -haya sido por quien haya sido- se respetará. Veremos qué pasa...
En otras cosas, le quiero recomendar que si no ha visto la película El Cónclave, es el momento de que la vea para que se dé una idea de lo que ocurrirá a puerta cerrada en el Vaticano cuando entre 120 y 135 cardenales voten para elegir al nuevo Papa.
Estuvo 38 días hospitalizado y fallece, después de que en dos ocasiones ya habían reportado los médicos que tenía signos de mejoría, de ahí que hubo sorpresa.
A la luz de su fallecimiento, se interpreta que lo que hizo el Papa Francisco de salir a despedirse de la gente, al efectuar dos actividades que no estaban en su agenda ese día: dar la bendición Urbi et Orbi desde el balcón central que da a la plaza de San Pedro en Roma, y hacer un recorrido en el “Papamóvil”, cuando sus médicos le habían dicho que tenía que quedarse quieto porque le recetaron dos meses de reposo, posiblemente fue lo que causó el desenlace fatal.
El Cardenal Camarlengo, cuya función es verificar la muerte del sumo pontífice, sellar las habitaciones privadas del papa y gestionar los bienes de la Santa Sede, en esta ocasión es estadunidense, es el cardenal Kevin Joseph Farrell. Entra en funciones de Papa en lo que se elige al nuevo, y cabe mencionar que también tiene la responsabilidad de organizar el cónclave.
A estas alturas en que se hacen mediciones, encuestas y pronósticos de todo tipo de temas, ya hay incluso apuestas sobre quién será el nuevo papa, y nos comentan, hay cinco aspirantes fuertes: el primero de ellos es el Secretario de Estado del Vaticano, Pietro Parolin, y en la corta lista se incluyen incluso africanos y hasta un filipino. Veremos qué pasa.