Cultura

Hojas de otoño

  • La pantalla del siglo
  • Hojas de otoño
  • Annemarie Meier

El realizador finlandés Aki Kaurismäki tiene fama de ser como sus películas: Sencillo y lacónico pero observando el mundo con curiosidad y humor. Aunque no se deberían confundir las obras de los realizadores con sus autores, me resulta imposible no pensar en la presencia de Kaurismäki en el Festival de cine de Locarno en 1989 donde su filme Ariel se exhibió en una gala nocturna frente a miles de espectadores. Antes de la proyección el director del festival presentó al realizador como un autor muy humano, innovador y original y le pasó el micrófono. Kaurismäki miró tranquilamente al publico que esperaba sus palabras. “Realmente no sé porqué quieren ver mi película”, dijo con una sonrisita picara, “Es muy mala y yo prefiero refugiarme en un bar para tomarme una cervecita”.

Lo que en otros casos calificaríamos como pose de un director de cine que busca la risa de su público, en Kaurismäki pareció auténtico ya que corresponde a la manera sencilla de vivir, pensar y actuar de sus personajes y a las tramas de sus filmes que no buscan el espectáculo. A lo largo de su filmografía de veinte películas Kaurismäki ha abordado condiciones humanas, conflictos y temas íntimos y sociales distintos sin apartarse de esa empatía y preocupación básica para los destinos de personajes sencillos que trabajan, se transportan, conviven y anhelan el amor, la armonía y la sintonía con los demás.

**Hojas de otoño (Fallen Leaves) quedará en nuestra memoria como una de las películas más sencillas y transparentes del 2023. Interesante que esta característica no sólo no le quita complejidad sino que como espectadores nos obliga a fijarnos en cada detalle, interpretar gestos, formas, colores y palabras que descubren la complejidad y fragilidad del ser humano cuyas necesidades vitales, emocionales y sociales marcan al igual su día a día como su destino.

Kaurismäki teje la trama alrededor de Ansa (Ama Pÿsti) y Holappa (Jussi Vatamen), ambos de unos cuarenta años de edad, cuyos caminos y miradas se cruzan y despiertan el deseo de conocerse y quizás unir sus vidas. Pero la cosa no es tan fácil - ni se parece a lo que suele mostrar una película de amor – ya que cada personaje tiene experiencias y expectativas que no son compatibles con las del otro. Además de los ambientes y exigencias del trabajo, la escasa vida social y las noticas de guerra de Ucrania que no dejan vivir en paz, es complicado romper la burbuja en la que el individuo se ha enquistado.

El estilo fílmico lacónico y preciso de Kaurismäki tampoco necesita dramatizar los sucesos, ni verbalizar los conflictos para informarnos acerca de la región del mundo en el que transcurre la historia, ni convencernos de la situación laboral de los trabajadores de Finlandia, ni de la cercanía de Rusia como régimen invasor. Basta con que Ansa tire a la basura un plato de comida descompuesta del supermercado donde trabaja, que en la radio se escuchen noticias de los ataques rusos a Mariupol y que Holappa le comente a un compañero de trabajo que está deprimido porque bebe demasiado y que bebe porque está deprimido, para que sintamos la profundidad del drama en el que viven.

En las **Hojas de otoño Kaurismäki también nos atrapa por las referencias a películas, realizadores, canciones y géneros musicales que marcan los espacios y las situaciones por las que pasan lo personajes. En la primera ida al cine con Ansa, Holappa escoge la comedia de zombies **The Dead Don’t Die de Jim Jarmusch y en la entrada a la sala de arte se exhiben carteles de películas de Bresson y Truffaut, Las piezas musicales a menudo sirven de divertidos comentarios a las escenas cargadas de nostalgia y soledad. Así en un bar de Karaoke en el que un divertido conjunto de mujeres toca, sin la mínima expresión gestual, una triste canción de amor.

Cuando al final del filme se escucha la popular canción francesa Las hojas muertas y Ansa nos revela el nombre de su perro, caemos en cuenta que Kaurismäki no sólo nos compartió una bella y poética historia de amor sino también su admiración por el carácter universal y la fuerza emocional del cine y la música.


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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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