Resulta que Berenice González de Atracciones Castellanos Vázquez (una empresa de juegos mecánicos instalados en el parque La Esperanza) se encuentra desesperada porque la administración de Marina Vitela en Gómez Palacio ha decidido desalojarlos de este espacio público debido a que pretende convertirlo en un corredor cultural y de esparcimiento familiar.
Hasta aquí, el tema no es de interés público porque simplemente se trata de un compromiso contraído entre un particular y el municipio, así que cada quien tiene sus facultades y reservas, sin embargo Berenice denunció que el permiso le fue otorgado durante la administración de Leticia Herrera y cuando llegó a renovar la concesión con la nueva administración, le notificaron que ya no podían continuar operando en esta zona.
La familia afectada dialogó con el jefe de Plazas y Mercados, Juan Carlos de la Cruz Lerma para renegociar el contrato, que parecía perdido.
De la Cruz Lerma les dio esperanza: “Hay luz verde para su contrato, véngase mañana a las nueve”, dijo el funcionario a Berenice, “pero tráigase 30 mil pesos”.
Berenice le notificó que no contaba con tal cantidad, “probablemente le junte 20”, le contestó la empresaria, “usted tráigaselos”, en fin, fue un martes a las nueve de la mañana cuando, en las oficinas de Plazas y Mercados donde Juan Carlos de la Cruz Lerma hizo una especie de trato (por escrito), sin membrete de la Presidencia Municipal, sin otra firma más que la de él y la del esposo de Berenice donde estipulaba que los juegos mecánicos tenían permiso para reinstalarse en el Parque La Esperanza y evidentemente una serie de condicionantes para hacerlo.
Un día después, De la Cruz Lerma se comunicó con Berenice para notificarle que no había sido autorizado el contrato por lo que el documento que habían pactado un día antes, quedaba sin efectos. Atracciones Castellanos Vázquez montó en cólera y decidió ventilar la presunta corruptela a través de los medios de comunicación.
Timbró mi teléfono como a las dos de la tarde, era un número desconocido, rara vez contesto llamadas de números que no tengo registrados pero esa vez lo hice y era Berenice, me explicó la situación e inmediatamente la interrumpí:
“Disculpe, quién le proporcionó mi teléfono”, después de varios intentos me reveló el nombre de la persona, se trata de una funcionaria de la propia administración (fuego amigo).
No cabe duda que cuando tienes al enemigo en casa, las cosas se pueden salir de control.
Al momento todavía están investigando el eventual acto de corrupción.
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