Política

Como un perro

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  • Ángel Carrillo Romero

El periodista de esta casa de comunicación, Alejandro Escobedo reportó en el segmento En Alerta, un acontecimiento que pareciera común, normal (que no debería ser así en ningún sentido), en el bulevar Raúl López Sánchez un camión habría arrollado a un ciclista. 

Los hechos ocurrieron la madrugada del pasado sábado a la altura del ejido San Luis aquí en Torreón.

Jesús Aarón Nájera, de 38 años de edad y vecino de la colonia El Refugio de Gómez Palacio, al parecer salió de su casa a bordo de una bicicleta -su madre dijo que había ingerido bebidas alcohólicas- y en algún punto del periférico Ejército Mexicano (en la parte de Gómez Palacio) "alguien" lo atropelló y lo arrastro quién sabe cuántos kilómetros hasta que el chofer de la unidad de transporte de personal sintió que el camión no avanzaba de forma normal y que hacía un ruido extraño, decidió detenerse en el ejido San Luis (ya aquí en Torreón) descendió, se fijó debajo de la unidad y se dio cuenta de que Jesús Aarón (junto con su bicicleta) era quien producía la lentitud del camión y evidentemente el ruido.

Hasta aquí todo perfecto, me queda claro que nadie, absolutamente nadie sale de su casa con la idea de matar a una persona y más de esa manera. 

La historia, de pronto dio un giro inesperado para todos porque el chofer del camión de personal, luego de ver la escena decidió subir a la unidad, echarse de reversa para liberar el cuerpo de Jesús Aarón y de nueva cuenta bajó a la calle ya con el cadáver tendido en el pavimento. 

Otra vez, hasta aquí perfecto, todo bien, le preguntó ¿Cuál era la acción lógica que debió ejecutar el chofer inmediatamente después de lo que acababa de descubrir? Pues tomar su teléfono y llamarle a los cuerpos de rescate ¿No? 

Pues para sorpresa de todos, el imputado tomó de las manos a Jesús Aarón y lo arrastró por el pavimento hasta dejarlo en la acera, así como quién retira a un perro muerto de una vialidad para evitar un accidente (perdón por la cruda analogía), después de esto volvió a su camión y se fue. 

La policía detuvo a un "pobre cristiano" que estaba ponchado metros después de la escena para tener a un responsable, hasta que las cámaras de seguridad de un negocio revelaron lo contrario.

Definitivamente hay que tener tripas para ver el acto, decidir ignorarlo y seguir por el camino.


angel.carrillo@multimedios.com

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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